Editorial: El joropo es mío
- Publicado en Oct 09, 2020
- Sección Columnistas
El joropo, que debería ser un factor de unión entre dos países ya separados por sus presidentes y formas de gobierno, quieren ahora convertirlo en una fuente más de discordia.
Tratar de usar nuestra música como herramienta de conflicto, no deja de ser mezquino porque si hay algo que caracteriza a Colombia y Venezuela es su folclor, su baile, sus instrumentos. Durante años, los artistas de ambas naciones se han paseado como ‘Pedro por su casa’ en medio de festivales y parrandos, sin tener en cuenta en dónde empiezan o terminan fronteras.
En una frontera territorial tan amplia como la colombovenezolana, lo más natural es que nuestra música haya sido una construcción colectiva, una amalgama de la experiencia de muchas personas, incluso con influencia de músicas africanas, luego de fandango, que un día dieron por llamar joropo.
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Sin embargo, como lo dijo el folclorista e investigador ‘Cachi’ Ortegón en #OpinionEsPDM de esta semana, a través de www.periodicodelmeta.com, lo que nos debe dejar como conclusión es que ni Colombia ni Venezuela han hecho investigacioes lo suficientemente argumentadas como dirimir la polémica a cerca de dónde nació el joropo, lo que sí nos debería llevar a realizar estudios conjuntos entre las dos naciones.
Los pueblos que asumen la música lo hacen para contar sus historias, como ocurre con los cantos de vaquería y aquí hay otra característica adicional que tiene nuestro folclor en los Llanos Orientales, incluso antes de llamarse joropo, por eso, como también lo menciona el maestro Ortegón, nuestras tonadas terminan siendo una autobiografía de la inmensa sabana.
La música, y en general la cultura o las expresiones humanas, son elementos de unión, además de desarrollo, que debería ser tomado como un conocimiento mutuo, donde la tradición oral es fundamental para podernos entender.
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Por eso nos referimos a que esos corridos compartidos desde hace por lo menos dos siglos anteriores, deberían ser unión para conocernos más como pueblos hermanos.
“Gracias a la vida el joropo es de nosotros los llaneros, del alma de los llaneros, que está en el ADN de cada uno de los habitantes de esta tierra. Cuando el joropo empezó a incubarse y evolucionó, no habían sido constituidos como Estados ni Colombia ni Venezuela, por eso se denomina que el joropo es del país llanero”, dijo Juan Jacobo Carrizales, uno de los panelistas del Joropo Académico ayer en la inauguración del Torneo Internacional.
Y como lo dijo ‘Cachi’ Ortegón a Periódico del Meta, “el joropo no es Venezuela, no es de Colombia, el joropo es mío”.
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