La paradoja de la comida | Editorial
- Publicado en May 19, 2024
- Sección Columnistas
Las cifras que serán reveladas por la FAO y el Dane el próximo 24 de mayo sobre el estudio de inseguridad alimentaria en Colombia, confirmarán que las familias de algunos municipios en el Meta tienen serios obstáculos para acceder a los alimentos.
Qué paradoja tan desconcertante la que enfrentamos. A pesar de contar con cinco millones de hectáreas de tierra fértil, aptas para la siembra, y ser un territorio rico en recursos mineros y agroindustriales, un número significativo de sus habitantes, en los cascos urbanos y rurales, lucha diariamente para acceder a alimentos básicos.
La inseguridad alimentaria, definida como la falta de acceso regular a alimentos nutritivos y suficientes, es un problema que afecta a muchas regiones del mundo, pero en el Meta, esta situación es especialmente irónica. En una tierra tan rica y productiva, ¿cómo es posible que un 27 por ciento de sus hogares pasen hambre?
La respuesta a esta pregunta es compleja y multifacética. Por un lado, la concentración de la riqueza y la propiedad de la tierra en manos de unos pocos ha limitado la capacidad de muchos campesinos para cultivar sus propios alimentos. Por otro lado, la explotación de los recursos mineros y agroindustriales a menudo ha tenido prioridad sobre la producción de alimentos, lo que ha llevado a una disminución en la disponibilidad de alimentos en lo local.
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El Meta siembra arroz, palma de aceite, plátano, soya, cacao, café y aún así la irrigación alimenticia no llega a un alto porcentaje de la población, afectando especialmente a niños y jóvenes.
Además, la falta de infraestructuras adecuadas y de mercados locales eficientes dificulta el acceso a los alimentos, especialmente en las zonas rurales más remotas. A esto se suma el hecho de que muchos de los alimentos producidos en la región se exportan a otras partes del país o al extranjero, lo que reduce aún más la disponibilidad de alimentos para la población local.
Es evidente que la inseguridad alimentaria en el Meta no es un problema de escasez, sino de acceso y distribución. Para abordar este problema, es necesario un enfoque integral que incluya políticas de redistribución de la tierra, inversión en infraestructuras y mercados locales, y una reevaluación de las prioridades en cuanto a la explotación de los recursos naturales. Como lo dice Santiago Mazo, de la FAO, esto no se resolverá regalando mercados ni semillas, sino con planificación e impulsando asociatividades entre campesinos.
Del Meta siempre se ha dicho que tiene el potencial de convertirse en la gran despensa para Colombia y el mundo, pero no hemos podido hacer distritos de riego u ordenar la tierra.
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