La ‘selva virgen’, ajena al calor humano

En medio de armonizaciones indígenas, conocimientos ancestrales, radares y tecnología, continúa la búsqueda de los niños de la selva en el Caquetá.

Por Catalina Gallego y Luissa Fernanda Pérez

“El último cable de nuestro Cónsul, dirigido al señor ministro y relacionado con la suerte de Arturo Cova y sus compañeros, dice textualmente:

Hace cinco meses búscalos en vano Clemente Silva.

Ni rastros de ellos…”

Las últimas frases del libro La Vorágine dejan un final abierto en el que, como toda la novela, es la lucha del hombre con la naturaleza para sobrevivir.

Por eso, con la esperanza de que no se “los trague la selva”, si algo ha dejado la angustiante espera por el rescate de los niños en medio de la extensa y espesa manigua del Caquetá, es la forma en que se relacionan las comunidades que la habitan.

Los indígenas, desde sus conocimientos ancestrales, usan los métodos que deben adoptar para explorar un terreno que, según muchos de ellos, solo ha sido habitado por animales.

Fidencio Valencia, tío de los cuatro niños que se encuentran desaparecidos, dice que donde los buscan es ‘selva virgen’ a la que define como un lugar que ha permanecido sin calor humano: “en este tipo de selvas, nosotros hacemos oración con la naturaleza para que nos abra paso y podamos entrar a ella para ver a los niños”.

“Cuando la selva es virgen significa que nadie la conoce, si los hombres la conocieran, sabrían qué hay en ella, por ejemplo, dirían aquí troncos, allá hay piedras, huecos, lagunas y quebradas, cosas así”, dice Valencia.

De acuerdo a su conocimiento, por eso es que la búsqueda se demora; cada miembro de los equipos de localización debe llegar al lugar, adentrarse poco a poco, pedirle permiso a la naturaleza y ahí sí, empezar a conocerla.

Según Fidencio, huitoto de nacimiento, sostiene que en esta selva, al estar ubicada a la orilla del río Apaporis, entre Vaupés y Caquetá, confluyen varias comunidades indígenas como los cubeos, tikuna, makuna o tukanos, por lo que cada una tiene límites territoriales que deben ser respetados. Algunos lugares en la selva suelen ser sagrados y deben serlo para quienes ingresan allí.

El tío de los niños sugiere que para encontrar a alguien en un terreno desconocido, es necesario cerrarse y concentrarse en un determinado espacio. Esto se hace mediante rituales conocidos como ‘armonización’, con los que se busca que la selva y todo el cosmos conspire a favor de quienes buscan a los sobrevivientes que vagan la manigua desde el primero de mayo pasado.

“Esto sirve para que los indígenas y militares no se agiten ni se desesperen. También, esto sirve para que las condiciones climáticas sean favorecedoras para la búsqueda. El indígena maneja un secreto, en él dice que la tierra no es nada, que todo es pequeño y transparente, porque estas comunidades están relacionadas con la naturaleza y conocen cómo es la situación”, explicó Fidencio.

Los conocimientos de los indígenas determinan, estando muy al fondo de la selva, a qué espíritu deben rezarle, sin embargo, para llegar hasta este punto, son necesarios estudios de mitos y tradiciones que solo los más viejos han aprendido.

Con todo, los conocimientos de la selva son casi infinitos en boca de los indígenas y como el mismo Arturo Cova dejó en sus manuscritos, al ver que no todo podía detallarlo, al final tal vez se diga: “¡Cuánta página en blanco, cuánta cosa que no se dijo!”.

El conocimiento de la selva es vital para poder interpretarla y no perderse en ella.

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Militares e indígenas, trabajo en equipo

Mientras que los conocimientos modernos permiten que los militares y equipos de socorro cuenten con radares, localizadores en tierra, sobrevuelos y otros equipos tecnológicos, los grupos de indígenas hacen gala de los conocimientos ancestrales y rituales.

Las Fuerzas Especiales del Ejército, la Fuerza Aérea y las comunidades indígenas trabajan en conjunto para encontrar a los cuatro niños, desaparecidos en medio de la selva y a más de 60 kilómetros de distancia de Miraflores, Guaviare.

Además de ser una selva virgen, sus alrededores presentan características que dificultan ingresar al territorio. Según el comandante de Bomberos de Miraflores, la distancia y las condiciones climáticas son los principales factores.

De acuerdo al comandante, los indígenas pueden aportar significativamente desde sus conocimientos ancestrales. Incluso, aunque vayan preparados con alimentos y una hamaca, los uniformados han recibido un gran apoyo desde la parte espiritual.

“Todo lo que se pueda poner al servicio de la búsqueda de los niños es importante. No somos ajenos a los temas espirituales que manejan las comunidades indígenas del sector”, indicó Leguizamón.

Sin embargo, coincidió con Fidencio Valencia en que las comunidades que pueden aportar más son aquellas que habitan en el mismo sector. “Desde el principio hemos estado con comunidades indígenas del sector que conocen este territorio. También es importante agradecer la disposición que han tenido las comunidades de diferentes regiones del país para brindarnos su apoyo”.

El comandante resaltó la labor que han tenido los indígenas que hacen parte del cuerpo de bomberos de Miraflores. “El cuerpo de bomberos tiene la fortuna de contar con una unidad de indígenas; en el territorio tenemos bomberos que son indígenas y cuando tenemos alguna emergencia ellos aportan desde su conocimiento”.

Fidencio Valencia aseguró que la probabilidad de que los niños sean encontrados es alta, ya que al estar acompañados podrían resistir un poco más, además y estarían sobreviviendo del agua y frutos que conocen.

Finalmente, el tío de los pequeños recalcó que una vez sean encontrados, deberán ser atendidos por los médicos tradicionales de la región. “Toca hacerles un baño de limpieza con ají y tabaco, esas cosas, para que no vengan con el calor de la selva, es decir, sonsos y débiles por los temores que experimentaron en la selva”.

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