jueves, 25 de abril de 2024
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‘La violencia será igual hasta que haya igualdad’


‘La violencia será igual hasta que haya igualdad’ 1
RP
Redacción PDM

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La historiadora Jane Rausch habla sobre su amor por Villavicencio y el Meta y las características que hicieron que se interesara por los Llanos Orientales en particular.

Pocas personas como Jane Rausch (J.R.), profesora emérita de la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos) conoce tan bien a Colombia y menos aún los académicos que hayan dedicado como objeto de estudio la historia del Meta y los Llanos Orientales.

Ella es Ph.D. en Historia de la Universidad de Wisconsin, por su tesis ‘Modernization and Educational Reform in Colombia, 1863-1886’ (‘Modernización y Reforma Educativa en Colombia’), sustentada en 1969. Fue en ese mismo año en el que por primera vez estuvo en los llanos, desde entonces no ha dejado de venir a nuestro país, aunque advierte que hace ocho años no viene.

Aunque ha olvidado un poco el español, prefiere hablar en inglés y no es muy dada a interactuar en redes sociales, Periódico del Meta la contactó para conocer un poco de su vida y del particular interés por Villavicencio y el Meta.

PDM: ¿Hace cuánto que no está en Colombia?

J.R.: Es importante recordar que no he estado en Villavicencio desde el 2015 y estoy segura que ha habido muchos cambios en los últimos ocho años.

PDM: ¿Le gusta que le digan colombianista o prefiere que le digan historiadora conservadora?

J.R.: Me considero colombianista. En Estados Unidos hay un amplio grupo de historiadores que se enfocan en Colombia y tenemos nuestra propia organización, es una Asociación de Colombianistas.

PDM: ¿Colombia tiene importancia para los académicos de Estados Unidos?

J.R.: A pesar de ser el tercer país de América Latina más poblado y el cuarto más grande en el territorio, Colombia continúa siendo omitido de la discusión en los libros de texto universitarios. De hecho, David Bushnell, en 1995, dijo que Colombia era el “menos estudiado y el menos comprendido de los principales países de América Latina”.

PDM: ¿Por qué se interesó en la historia particular de los Llanos Orientales?

J.R.: Cuando era niña, en el año 1940, los vaqueros norteamericanos eran mis héroes y una vez vi reales “vaqueros”, como los llaneros que empecé a ver en el Meta, montados en un caballo y marcando ganado, estaba ansiosa por estudiar su historia.

PDM: ¿Y ya como estudiante cómo fue ese primer encuentro con el Llano?

J.R.: Mi primer encuentro con los Llanos fue en 1968 cuando, como parte de mi programa de maestría en la Universidad de Wisconsin en Madison, era parte de un seminario que viajaba a Colombia para estudiar por seis semanas. Ya que era profesora de español en la escuela, decidí estudiar la educación primaria en Colombia. Una nueva reforma a la educación pasó en 1968 y quería evaluar su impacto visitando las escuelas primarias locales en dos pueblos: Urrao (Antioquia) y Villavicencio (Meta).

PDM: ¿Cómo recuerda ese primer viaje?

J.R.: En ese entonces, viajar entre Bogotá y Villavicencio, tomaba seis horas en carro. El camino serpenteando alrededor de la cordillera se encontraba en muy mal estado. Estaba abrumada por la majestuosidad de las montañas, las peligrosas curvas de la carretera y la hermosa panorámica desde la vereda Buenavista donde se podían observar los Llanos extenderse en toda su gloria.

PDM: Nos cuentan que alcanzó a hospedarse en el Hotel del Meta…

J.R: Sí. Una de las cosas que más recuerdo es estar sentada en torno a la piscina en el Hotel del Meta en las primeras horas de esa primera noche; la noche estaba tan tranquila, sentí que estaba en el fin del mundo, realmente en el borde de la ‘frontera’. Pero al día siguiente nos enviaron a Granada donde visité muchas escuelas.

PDM: ¿Cómo es eso de sentirse “la frontera”?

J.R.: El ensayo de Frederick Jackson Turners ‘La importancia de la frontera en la historia estadounidense’, era un tema provocativo, sujeto a debate entre los historiadores, porque Turner argumentaba que el constante movimiento de europeos alrededor de los Estados Unidos fue un factor significante en el desarrollo del país. Sin embargo, en Colombia el límite de los europeos parecía haberse asentado en el oriente de la Cordillera Oriental. La ‘frontera’ en vez de moverse parecía estar ‘quieta’. En 1974 decidí escribir la historia de la vasta región conocida como los Llanos Orientales para entender porqué no se produjo la llamada “frontera móvil”.

PDM: Conoció al maestro Orlando Fals Borda…

J.R.: Claro. Para completar mi doctorado en historia de Latinoamérica, decidí volver a Colombia para escribir mi tesis. En ese momento, Orlando Fals Borda era un profesor que estaba de visita en Wisconsin y fue él quien me sugirió que investigara la reforma a la educación de 1870. Después de completar mi tesis ‘Modernización y reforma educativa en Colombia, 1863-1886’ comencé a buscarlo por un nuevo proyecto.

PDM: ¿Cómo termina escribiendo cinco libros sobre el Llano?

J.R.: En el momento en que llegué a la Biblioteca Nacional para empezar mi investigación sobre la historia de la educación en Colombia, encontré que había una gran cantidad de fuentes que trataban este tema. Como resultado, con los años, dividí mi trabajo cronológicamente y entre 1984 y 2013, publiqué cinco libros en inglés que han sido traducidos al español.

PDM: En una sociedad que lee poco ¿qué hace falta para que los llaneros comprendamos mejor la historia de los Llanos?

J.R.: Aprovechar mejor las ventajas de la internet, la radio y la televisión. Con el mejoramiento de las escuelas públicas y el desarrollo de muchas universidades se hace más fácil que los jóvenes aprendan sobre su historia.

PDM: ¿Cuáles son los aspectos que conforman la riqueza de la historia de los Llanos Orientales?

J.R.: Desde que el primer español llegó a Colombia, los Llanos han sido parte del desarrollo de la nación colombiana incluyendo la conquista española. Los misioneros, los rebeldes nativos, las guerras de independencia, las guerras civiles del siglo XIX y la guerra con la guerrilla del siglo XX y XXI.

PDM: Eso quiere decir que la violencia ha acompañado a los Llanos Orientales ¿cree usted que será una condición histórica por muchos años más?

J.R.: Hasta que la igualdad entre clases se logre, creo que la violencia será constante.

PDM: ¿El Meta sigue siendo una ‘tierra del olvido’?

J.R.: Creo que el Meta ha llegado a ser lo que es por su propia cuenta. Ciertamente ya no es una “tierra del olvido” pero porque es una región pujante, emocionante y las más intrigante del país.


RP
Redacción PDM

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