Las damas de la leche transforman a Mesetas

Treinta y nueve mujeres producen el arequipe de la paz, quesos y otros productos, a través de los cuales promueven el empoderamiento femenino, la economía local y el amor por este municipio del sur del Meta a través del PDET. 

Una noche de enero del 2020 en la vereda La Argentina, se vivía una fiesta, los niños y niñas correteaban por el campo en medio de la multitud, mientras las mujeres gritaban de felicidad y guiaban a algunos hombres que se desplazaban hacía una tractomula con palos y herramientas tratando de descargar y ubicar lo que para el resto de los habitantes que con asombro miraban, era “un cajón grande”.

La calma que hoy se respira con el movimiento de los árboles danzando al ritmo del viento en las montañas de la vereda La Argentina, muchas veces fue silenciada por el ruido de la violencia. Sin importar estas duras condiciones, las mujeres de la región dieron vida a aquello que la guerra no pudo eliminar, la resiliencia de sus habitantes, el arraigo por el territorio y el sueño de vivir en una tierra en paz.

El municipio de Mesetas está ubicado en la frontera de la Sierra de La Macarena, en la parte occidental del piedemonte del departamento del Meta, a 136 km de Bogotá, bañado por diversidad de ríos y cascadas, de bosques naturales, cultivos de café, plátano y maíz que sobresalen en las trochas y de especies bovinas que se extienden a lo largo de los senderos.

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“Este es el paraíso para nosotras, es nuestra tierra y a pesar de que hay muchas dificultades, amamos el territorio porque aquí hemos vivido durante mucho tiempo, hemos estado en situaciones muy difíciles como fue la guerra, pero hoy en día vivimos con tranquilidad y paz, entonces nuestro amor es aún más grande” relató Yaneth Reina, quien vive allí hace más de una década, con una sonrisa que ilumina el día casi tanto como los rayos de sol que caen sobre el paisaje verde de esta vereda.

Al igual que otros 169 municipios de Colombia, Mesetas, ha sido un territorio afectado por cultivos de uso ilícito, baja presencia estatal, pobreza multidimensional y conflicto armado, siendo una de las áreas estratégicas en las que operaron grupos al margen de la ley. Fue parte de la Zona de Distensión, un terreno de 42.000 kilómetros cuadrados otorgado a uno de estos grupos, en un proceso de paz fallido en el periodo comprendido entre 1998 – 2002, en el que muchos de sus habitantes denunciaron diversas vulneraciones a sus derechos. 

Este territorio también es el hogar en donde Yaneth y otras mujeres campesinas, en el año 2009, con el amor como motor, dieron vida a la Asociación Damas Leche – ASODALE, organización productiva que, a través del ordeño y la transformación de la leche, aporta a la economía local y al cierre de brechas sociales que se han imbricado en la vida de decenas de habitantes de esta vereda. “Pensábamos que, si nos transformábamos nosotras y a nuestras familias, ya eso era ganancia, hoy vemos que es útil todo el esfuerzo que hemos venido haciendo” aseguró María Yaneth, lideresa de la organización, con la frente en alto mientras se acomodó la ruana que la protegía del viento frío que abrazaba la montaña.

Los retos que se han ido tejiendo con el paso del tiempo, de esta idea que nació en el parque de la vereda y con nueve mujeres, no han sido pocos. Trabajar en equipo en medio de situaciones hostiles, lidiar con las marcas de la guerra aunadas a la presión familiar que se generaba en sus casas a causa de la cultura patriarcal, no ha sido fácil, pero el empoderamiento que ha crecido en medio de capacitaciones y proyectos que han liderado estas campesinas les ha permitido sobrellevarlos y llegar a uno que veían inalcanzable. 

En el año 2016 hicieron parte del proceso participativo y comunitario considerado el diálogo social más grande del mundo, los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET, en el cual habitantes de diversas regiones del país pudieron expresar sus sueños y necesidades para lograr una transformación real, incluyente y sostenible en el tiempo, y así impulsar la Reforma Rural Integral que con tanto anhelo se está construyendo en el país. 

“Nosotras empezamos a trabajar con los PDET desde el inicio, que fue la conformación donde invitaban a los líderes y lideresas a participar para la formación de los pilares, iniciamos por donde se debía empezar, con las mismas comunidades a decir sus necesidades y las de nuestro territorio” relató Yaneth. 

Programas a través de los cuales hoy, las integrantes de ASODALE manifiestan su satisfacción pues gracias a ese trabajo cumplieron el sueño de tener su propio espacio para la elaboración de sus productos. Yaneth mirando desde lejos y con gestos de asombro, manifestó “los PDET para nosotras son un orgullo, una victoria. Tenemos un proyecto piloto, el primer container de este municipio que se adecuó para poder trabajar”. Espacio que les permite el aprovechamiento de toda su producción, pues la situación para las asociadas era compleja “la leche nos ha tocado sacarla para Mesetas, a veces se nos dañaba por la distancia y la dificultad de las carreteras, unas la cuajaban y otras no podíamos, en muchas ocasiones se perdía la leche”, manifestó Gissela Buitrago, asociada de la organización. 

Esa madrugada de enero, fue una de las más satisfactorias para estas mujeres lecheras, pues no podían creer que fuese realidad eso que alguna vez plasmaron en una de tantas reuniones, parecía increíble que llegara hasta ese lugar en una tractomula, “la alcaldía nos prestó el planchón para bajar el container, tampoco cazaba en el lugar que habíamos dispuesto, todos nos preguntaban por ese cajón, pero jamás imaginaron para lo que lo íbamos a utilizar. Cambió la perspectiva de muchos, pues ese es nuestro lugar de trabajo para producir arequipe, queso y yogurt” relató Gissela. 

A través de esta iniciativa PDET las mujeres de ASODALE cuentan con la infraestructura, indumentaria y elementos necesarios para producir sus productos. Recursos reunidos a través de una estrategia interinstitucional liderada por la Agencia de Renovación del Territorio en articulación con entidades de cooperación internacional, la alcaldía municipal e instituciones nacionales logrando una inversión que supera los 317 millones de pesos. 

Ellas desean tener un punto de comercialización en este container, para vender sus productos y la historia de las 39 mujeres a las que se les transformó la vida, pues esta asociación aporta al crecimiento integral de cada una de sus socias “ASODALE para mí ha sido el mejor beneficio que he podido tener, tanto en lo material como en lo espiritual; significa amor, paz, disciplina y orden. Yo puedo ser, y trabajar en esta organización es empoderamiento” expresó Gissela moviendo sus manos en señal de agradecimiento. 

Sueñan con dejar este dulce legado a sus familias, que más campesinos y campesinas se sigan beneficiando por medio de estos programas, “creo que con el PDET se están transformando las veredas y los municipios, es una oportunidad para todos, a través de éste se escucha el campo y se pueden llegar a realizar muchos sueños” indicó Gissela Buitrago.

Yaneth Reina reitera que por medio de la venta de su arequipe se construye la paz y con estos programas se aporta a la reactivación económica de su municipio, “para mi el PDET es desarrollo, unión y transformación. Yo soy PDET, nosotras somos PDET”.