Las tres caras de la invisibilizada violencia obstétrica en el Meta

Tres mujeres nos contaron sus experiencias desde distintas perspectivas sobre lo vulnerados que fueron sus derechos en una sala de parto, una cita médica y en una práctica de Interrupción Voluntaria de Embarazo (IVE).

Por Luissa Fernanda Pérez 

En el primer caso, una mujer decidió tener a su bebé en una clínica de Villavicencio. Allí se les da la oportunidad a los estudiantes de que hagan sus prácticas, sin embargo, la intimidad de las maternas se vio perjudicada debido a que no se cuenta con su autorización para permitir un tacto vaginal no solo del doctor, sino también de los estudiantes. “Cuando estábamos en la labor de parto, ingresaron a estudiantes de medicina en dónde todos nos veían desnudas, veían nuestras partes íntimas, no había ningún respeto por el proceso”

Por otro lado, el procedimiento de la episiotomía (cirugía en la zona vaginal) es una forma de violencia obstétrica a las maternas si no se cuenta con su autorización ya que a veces los médicos la realizan para acelerar el parto. La incisión, si bien cura rápido, en otras tarda y tiene efectos secundarios que pueden desencadenar incontinencia. “Practicaban los estudiantes coger los puntos de mi abertura como si fuera un conejillo de india”, se quejó la mujer.

Durante su proceso, las enfermeras presionaban su barriga para acelerar el proceso sin dejar que naturalmente su cuerpo lo hiciera, también la ginecóloga de turno se enojó con ella por pujar antes de tiempo, esto provocó que no recibiera la atención que requería. “Cuando la médico se apiadó de mí ya la cabeza de mi bebé estaba saliendo, fue una experiencia muy traumática”, anotó

En el segundo caso, una joven se dirigió a un centro asistencial de Acacías en el que “llegaron cinco chicas más a una citología y empezaron a dar la clase con mi vagina, nunca me preguntaron si los autorizaba, simplemente las estudiantes estaban en frente mio, yo con las piernas abiertas y ellas tomando apuntes. Nunca dije nada porque me daba vergüenza”, recuerda.

Otra mujer reveló que en un aborto voluntario, respaldado por la ley, dice que sufrió discriminación y estigmatización por parte de todo el personal médico cuando se someten al procedimiento por su eps.

“En Granada, me pasaron al piso donde las maternas habían tenido a sus bebés. Fue bastante traumático escuchar a los niños y llegué a considerar no realizar el procedimiento, pero ya me había mandado a tomar el Misoprostol”, expresó la mujer.

La tuvieron una semana hospitalizada, los médicos no definían qué hacer hasta que finalmente tuvo un aborto incompleto que terminó en un legrado. “El médico que atendió el procedimiento me decía que yo estaba cometiendo un feticidio, que me iba ir muy mal en la vida y que si fuera por él ya me habría echado del hospital”.

Lamentablemente para estas mujeres el panorama desolador, la falta de formación médica en estos casos y el trato tan degradante para las víctimas, hace de este procedimiento una experiencia traumática para quien la vive.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “todas las mujeres tienen derecho a recibir el más alto nivel de cuidados en salud durante el embarazo y el parto, lo que incluye el derecho a una atención digna, respetuosa, competente y comprensiva.”

En Villavicencio, Tanya Lucero Cortés, exsecretaria de Salud, manifestó que “el tema no está caracterizado, ni es evento de seguimiento de salud pública. O sea que no se ha reportado por las entidades de salud”

Ana María Morales, secretaria de la Mujer en Villavicencio, explica que “no se ha presentado un caso de violencia obstétrica, sin embargo, la secretaría de Salud realiza trabajo de parto humanizado en el Centro Especializado Materno Infantil (CEMI)”.

El grupo por el Derecho a Decidir explica que una de las formas de erradicar este tipo de violencia es teniendo clara la definición de Violencia Obstétrica desde todos los ámbitos ya que en las pocas ocasiones que se revisan los casos solo aplica para mujeres en estado
de gestación.

Mientras tanto, naturalización de este fenómeno imposibilita que se le de visibilidad que requiere ya que a muchas mujeres no les gusta hablar del tema o es tan subestimado que prefieren no denunciar a las entidades que vulneran sus derechos.

¿Cuáles son los derechos que tienen las mujeres en los centros asistenciales?

Según el Ministerio de Salud y Protección Social, estos son algunos derechos a los que tienen acceso las mujeres gestantes:

Derecho a la Intimidad y confidencialidad.
Derecho a recibir asistencia psicológica cuando lo desee.
Derecho a estar con un acompañante durante su proceso.
Derecho a permanecer informada durante su embarazo y tras el nacimiento del menor.
Derecho a tener al menor cerca una vez haya nacido a menos de que su salud lo impida.

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