‘Lo más difícil fue el clima’: comandante del Batallón de Ingenieros
- Publicado en Ago 05, 2023
- Sección Entrevistas
Los puentes militares han sido la solución a miles de personas que transitan por la vía al Llano y por supuesto, para los agricultores, ganaderos y comerciantes que deben hacer llegar sus productos al interior del país.
Por Catalina Gallego
El general Jorge Ricardo Hernández Vargas (J.H.), comandante del Batallón de Operaciones Especiales de Ingenieros, lideró la operación de la instalación del primer puente militar en el kilómetro 50 de la vía al Llano y, junto a su pelotón, continúan en las labores de la segunda fase.
La primera estructura metálica tiene unas medidas de 54,85 metros de longitud y 4,20 metros de ancho. El segundo será entregado el 12 de agosto y tendrá una longitud de 60,10 metros. Ambos puentes tienen una capacidad de carga de 52 toneladas. Los puentes militares instalados en la carretera que comunica a Villavicencio con Bogotá fueron traídos desde Tolemaida y Valledupar.
El general, casualmente, es hijo de un maestro albañil que le enseñó a trabajar duro, “ser honrado y a amar a mi patria”, dice el mismo oficial, quien admite que creció entre ladrillos, cemento, arena y proyectos. “Entonces esa gran responsabilidad heredada de mi padre, pues, hoy día me ayuda para que este reto que tengo en adelante podamos desarrollarlo y hacerlo de la mejor manera”.
PDM: ¿De qué está construido el puente militar de Naranjal?
JH: Estos puentes están hechos de acero reforzado, aleaciones especiales que son construidas para aguantar bastante carga, para aguantar la intemperie. Son alineaciones especiales, inclusive, son importados, los países exportadores de estos puentes son Estados Unidos y Reino Unido, que son los principales fabricantes. Los puentes funcionan de forma modular, vienen con piezas estándar, con piezas universales, tornillos, tableros, vigas, etc. La máxima longitud que puede tener un puente de estos es de 70 metros. Sirve para emergencias porque son fáciles de instalar, por tanto fueron ideales para esta emergencia.
PDM: ¿Cuántas personas participaron en la instalación?
JH: Es una unidad tipo pelotón, es decir 40 personas. Hay oficiales, suboficiales y soldados, cada uno desempeña un rol específico: el experto que es el armado, la persona que hace los ajustes, el otro que maneja una excavadora. Hay equipos de trabajo distribuidos cada uno con responsabilidades para el montaje del puente.
PDM: ¿Cuántos puentes militares hay en Colombia?
JH: Tenemos un inventario de 120 puentes militares que ya están instalados en el país. Por lo general, son puentes semipermanentes pero terminan convirtiéndose en permanentes porque después de que se instala no se construye, no hay recursos o no hay la intención, entonces el puente queda en el lugar. Tenemos casos en los que ya los han pavimentado y desmontarlos es muy difícil.
PDM: ¿Qué pasa si se necesita otro puente militar en Colombia?
JH: Tenemos un stock pequeño, en este momento hay una contratación, se están adquiriendo más puentes para tener una capacidad de respuesta nacional. Tenemos un stock de emergencia pero no podemos decir cuántos, son aparte de los 120 que ya mencioné.
PDM: ¿Cuáles son los requisitos que debe tener la zona para instalar un puente metálico?
J.H.: Estos puentes son escasos y son costosos, estamos hablando de alrededor de un millón de dólares por cada puente. Su empleo corresponde al ámbito estratégico, es decir, que conecten regiones, que sean vías por donde se mueve la economía del país, como lo son las vías que comunican los puertos en el Pacifico o en el Caribe. La mayoría de los casos se utilizan en vías nacionales, donde se interrumpe la movilidad de regiones que aportan al PIB del país o que la interrupción de la vía genera un impacto social.
PDM: ¿Cómo fue la instalación del primer puente en la vía al Llano? ¿Qué fue lo más difícil?
J.H.: Lo más difícil fue el clima porque llueve mucho. Estábamos sometidos a jornadas de intensas lluvias y estas generan riesgo, el sitio donde se presentó la avenida torrencial es un sitio que todavía está en riesgo, está siendo observado y tiene peligro de movimiento en masa. Esa fue la máxima limitación y el máximo desafío. En las noches no podíamos trabajar, muchas veces había que interrumpir el trabajo por la lluvia o por alguna señal de alerta que emiten los vigías de Bomberos que son encargados de hacer monitoreo en la parte alta de la quebrada en Naranjal. Obstáculos administrativos no tuvimos, hubo una sinergia entre el Ministerio de Transporte, la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres, la Agencia Nacional de Infraestructura, todos estábamos articulados; por el contrario, la decisión de instalar un puente militar fue muy rápido y hacer que eso sucediera fue algo que se coordinó en un par de horas.
PDM: ¿Cuántos días tardaron en instalar el primer puente y cómo fueron las jornadas de trabajo?
J.H.: Fueron ocho días de trabajo, jornadas de 15 horas más o menos, donde valientes soldados, muy entregados y profesionales, sin importar las circunstancias, estaban allí trabajando segundo a segundo, milímetro a milímetro, para poder entregar el puente en el plazo que nosotros mismos habíamos colocado. Inclusive, lo entregaron un día antes, nosotros habíamos propuesto entregarlo el 31 de julio, pero debido al trabajo constante logramos entregarlo antes.
PDM: ¿Por qué lo instalaron encima del puente existente?
J.H.: Lo hicimos para entregar más rápido el puente y se habilitara la vía. El primer puente lo entregamos en ocho días, con el segundo nos vamos a demorar más o menos 12 días. Son cuatro días de diferencia y son importantes, porque sabemos de las pérdidas económicas que están sufriendo renglones como la agricultura, el turismo y el comercio. Este puente era más corto y nos facilitaba más el trabajo porque lo hicimos sobre una estructura que quedó en pie, pero no está al 100%, uno de sus pilares está afectado y tiene amenazas de riesgo. Aprovechando la parte que quedó en buen estado, sobre este reemplazamos nuestro puente militar que está soportado sobre los pilares que quedaron en buen estado de la estructura convencional, hay una diferencia de 30 centímetros. En un futuro, el pilar que está fracturado se puede reparar, eso es lo que nos informa la concesión; una vez reparado el pilar y habiendo hecho las pruebas correspondientes, nuestro puente militar se puede desmontar y el convencional quedará en funcionamiento.
PDM: ¿Qué riesgos pueden tener estos puentes?
J.H.: Históricamente, estos puentes tienen mayor durabilidad que un puente convencional, estamos hablando de puentes que pueden resistir 100 años, mientras que uno convencional puede durar un 30% o 50% menos, es decir de 50-70 años. Los puentes militares han funcionado muy bien, haciendo el mantenimiento y ajustes correspondientes. Son puentes que se desempeñan de manera muy buena. Por funcionamiento, no se han registrado puentes que hayan colapsado; en circunstancias diferentes como un desastre natural o un ataque terrorista, sí afecta la estructura.
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