jueves, 25 de abril de 2024
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Lucrecia, más que superar la enfermedad


Lucrecia, más que superar la enfermedad 1
Lucrecia Vásquez
RP
Redacción PDM

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Con 61 años, sigue trabajando para ayudar a miles de personas en todo el país que han tenido su misma patología. Esta es la historia de la mujer que representó al Meta en el Premio Cafam.

Por Catalina Gallego/ Especial Periódico del Meta

En la mayoría de los casos, las enfermedades son motivo de tristeza y frustración, de aislamiento y temor. Todos estos sentimientos abrumaron a Lucrecia Vásquez cuando fue diagnosticada con Hansen, una enfermedad que genera lesiones en la piel, los ojos y las vías respiratorias y es más conocida como lepra.

En el 2012, con el apoyo de su familia, esta mujer decidió trasladarse desde Colombia (Huila) a Villavicencio para buscar oportunidades y mejorar su salud, sin pensar que esto le podría abrir otras puertas.

“Llegué a Villavicencio con un diagnóstico y me dieron un tratamiento; de repente me invitaron a una reunión y conocí a siete personas con la misma enfermedad. Así fui viendo la necesidad de que no podíamos seguir escondidos, de que nosotros necesitábamos tener nuestra vida normal como las otras personas”, explicó Vásquez.

A medida que pasaba el tiempo, Lucrecia empezó a notar que las personas que habían sido
diagnosticadas con la misma enfermedad hacía muchos años, seguían con las ganas de vivir y de hacer una vida normal. Este motivo fue la que la impulsó a crear la asociación más grande del departamento para ayudar a las personas con esta patología.

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“Lo que fui aprendiendo de la enfermedad, sentí que debía compartirlo y que la gente conociera realmente este mal. Recibí muchas ayudas por parte de las secretarías municipal y departamental de salud, en cuanto a los tratamientos y al fortalecimiento de mi autoestima y eso fue vital”, indicó.

Fue en el 2014 que Lucrecia pudo conformar Asopaex Meta, una asociación para pacientes y expacientes diagnosticados con la enfermedad de Hansen o que padecieran tuberculosis. La primera labor fue de sensibilización en varios municipios del Meta, para que las personas se informaran y conocer las condiciones en las que estaban los pacientes para así poder ayudarlas.

Yo necesitaba saber en dónde había personas con esta enfermedad, para tener una mediana realidad de lo que estaba pasando, ya que sufrían una situación de discriminación muy fuerte”, dijo.

El objetivo de la asociación es generar sensibilización en las personas que están cerca de los afectados y disminuir la brecha de discriminación que se ha vivido durante muchos años, lo cual ayuda al fortalecimiento de su autoestima, algo que agradecen profundamente los afectados.

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“Nosotros tenemos comunicación con la mayoría de los pacientes en el departamento, a muchos no los conozco pero tenemos el contacto vía telefónica. El cumplimiento que nosotros hemos tenido en sensibilización y acercamiento está en estos momentos por encima de las 1.000 familias en el país”, agregó.

El proceso de sensibilización y acercamiento con los diagnosticados, según Lucrecia “es un proceso complicado porque al momento de saber el dictamen médico afecta mucho la salud mental. En ese momento te sientes menos que otra persona, sientes que eres un peligro social, no tienes un contacto con la sociedad porque te da vergüenza, te da miedo porque existe la posibilidad de que tengas un rechazo de la familia y un rechazo de la comunidad”.

Sin embargo, en medio de todas esas situaciones tristes y complicadas, Lucrecia hace que el proceso sea agradable para todo el equipo; las muestras de gratitud las ha recibido con gestos de amor y admiración.

“El agradecimiento es la parte más enriquecedora; la alegría y la expresión de esas personas es lo que nos fortalece. Nosotros aún no tenemos un sueldo, nosotros somos voluntarios, pero recibir ese abrazo, esa sonrisa de esas personas a las que hemos logrado cambiarle la vida, eso no tiene precio, eso no se compra con ningún dinero”, expresó.

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Su esfuerzo y dedicación por otras personas con este mal, le dio para ser la representante por el departamento del Meta al Premio Mujer Cafam 2023, postulada ante la caja de compensación Cofrem, para el que fueron postuladas 158 mujeres de todo Colombia y Lucrecia logró quedar entre las 26 finalistas.

Curiosamente, quien la visualizó para este reconocimiento nacional fue una comunidad religiosa de Sucre, que sabe del trabajo realizado con las personas afectadas de Hansen y tuberculosis.

“Nos fue muy bien porque logré quedar en el grupo de las 26 finalistas, aunque no obtuvimos el premio mayor, fue una forma de representar a la mujer llanera. Me siento muy honrada de representar a la mujer en sus diferentes roles y fue una forma muy bonita de conmemorar el Día Internacional de la Mujer”, contó la gestora, luego de que se llevará a cabo el evento en Bogotá.

Finalmente, esta mujer que ama escuchar música en sus tiempos libres tiene el propósito de seguir estudiando por cuenta propia para brindarle un mejor acompañamiento a estas personas que al igual que ella, han sido vulnerables y aisladas en algún momento de su vida.

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