Milena, voz recia en el joropo
- Publicado en Feb 08, 2019
- Sección La Otra Cara, Lo Mas Reciente
Milena Benites nació el primero de diciembre de 1994, en la puerta del Llano; vivió entre el barrio 12 de octubre y el municipio de Castilla La Nueva.
Empezó como cantante por azares de la vida. A los ocho años, en el colegio Juan Pablo II de Villavicencio tenía que presentar una muestra folclórica, pues había sido elegida como reina pero sin que ella interpretara ningún instrumento. Po tal razón, su padre, el bandolista Yesit Benites, le dijo que se aprendiera una canción. Luego de interpretar el éxito musical ‘La vecina’, descubrió que su camino en la vida era cantar joropo.
“Lo importante en mi folclor es que no se escuche solo en el Llano sino en el mundo, como ocurre con otros géneros musicales. Yo sé que se va a lograr”, dice con convicción.
Desde ese entonces empezó un arduo camino; en principio participó en concursos intercolegiados y con el tiempo decidió cantar en distintos festivales en los que ganó importantes reconocimientos, entre ellos la Mejor voz recia en el Festival Internacional Juvenil El Topocho, en Trinidad (Casanare), en el año 2007 y como Mejor voz recia en el Festival de Academias en Castilla La Nueva, en el año 2005 y 2006, respectivamente.
Su carrera ha estado influenciada por la casanareña Nancy Vargas, y por quien, para ella es su artista favorito: Jorge Guerrero.
Siguiendo los pasos de estos exponentes, en el 2007, cuando apenas tenía 13 años, Milena grabó su primera producción musical titulada Amor criollito. Dos años más tarde grabó Sencillamente criolla y a sus 21 años grabó Llano pa’ ser bonito. Entre sus mayores éxitos están: Mientras exista en el mundo, Llanero tenías que ser y su adaptación a la canción Golondrina errante del maestro Jorge Guerrero. Además de esto, grabó la canción Adoro, con ‘El hijo del Pauto’, Daniel Gualdrón. Recientemente entregó a sus fans un popurrí, que es la recopilación de los éxitos llaneros más representativos, es un homenaje al Llano y a sus artistas.
Pero para esta joven promesa del canto llanero, construir su camino como una de las artistas con mayor proyección no ha sido fácil. Para nadie es un secreto que el joropo es, históricamente, reconocido como un género dominado por hombres, dada la cultura propia del Llano, y para ella, una joven de 24 años, que desde hace más de 15 años apuesta por un espacio en la escena tradicional, sigue siendo un camino difícil.
“Ha sido complejo porque priman los hombres, por la cultura recia, pero se ha ido logrando, los hombres se han concientizado que nosotras hacemos un buen trabajo y hemos ido ganando espacios, de a poquito. Pronto vamos a estar en el mismo nivel”, dijo. Además, indicó que el machismo no se siente por parte de los artistas, folcloristas o músicos, “es más en los organizadores, no en los artistas, entre nosotros hay una hermandad, incluso me ceden espacios”, asegura.
Tras años de esfuerzo, ya comparte tarima con grandes artistas del folclor, y es reconocida ampliamente en el gremio por su amabilidad, bondad, carisma y entregada a sus miles de seguidores. Esta mujer, compinchera, dada a sus amigos y a su público, no le gusta tener enemistades, y menos con el gremio llanero, pues es un grupo pequeño.
Además de la música llanera, escucha salsa, que es su segundo género favorito, claramente después del joropo; desde hace 2 años monta bicicleta con compañeros folcloristas y se siente tranquila con su cuerpo y su salud, además ama contemplar los paisajes del Llano. Actualmente está culminando sus estudios en derecho.
“Espero combinar mi profesión de abogada con la música”.
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