lunes, 23 de junio de 2025
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Nancy Vargas, una criolla muy legendaria


Nancy Vargas, una criolla muy legendaria 1
Foto: redes sociales de Nancy Vargas
RP
Redacción PDM

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Vive feliz en su finca, rodeada por la inmensidad del Llano, pero cuando cruza sus fronteras, se entrega al escenario para cantar con fuerza los versos más recios al ritmo del joropo.

Por Lina Herrera

Ella sigue siendo criolla, la misma desde hace tiempo. La que alegra los parrandos con un joropo violento, la que nos canta bonito un pasaje de despecho; esa que en una tarima por el público echa el resto. La misma que al pie del arpa, todas le rinden respeto, debe ser porque sus canciones las canta con sentimiento.

Tal cual como lo expresa en su canción ‘Lo criollo me identifica’, Nancy Vargas ha demostrado porqué es ‘La Legendaria’ de la música llanera.

Oriunda del Casanare, tuvo su primer acercamiento con los instrumentos llaneros gracias a sus familiares y vecinos, quienes animaban las fiestas de navidad y año nuevo con el sabor del Llano.

Vengo de una familia que no tocaba arpa ni bandola; tocaba guitarrón, cuatro y maracas. Sin bajo porque en esa época no los hacían”, recordó la artista, quien también tiene entre sus memorias el que su padre sintonizara emisoras venezolanas, influenciándola con el joropo desde niña.

“Era lo que entraba en donde vivía, me crie muy cerca de la frontera con Venezuela. Estas emisoras todo el tiempo reproducían música llanera, entonces una se aprendía las canciones como un escáner, pero nunca soñé que iba a tener la oportunidad de subirme a escenarios y compartir con grandes artistas; en esa época iba naciendo el Cholo Valderrama, Juan Farfán, Reynaldo Armas, todos estos que ya están tan consolidados en el folclor llanero, yo nunca pensé que los iba a conocer, los escuchaba por la radio, pero no imaginé que fuese a poder decirles ‘hola, amigo ¿cómo está?”, contó a PDM, Nancy Vargas.

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Es una mujer que piensa más en construir el mañana que en los tropiezos del ayer, las dificultades que pudieron surgir en su camino tanto personal como artístico, las recuerda como una enseñanza que le permite mantener su sonrisa intacta.

“No me pongo a pensar tanto en el ayer, cada día pasa y es una página, no me pongo a llorar sobre la leche derramada, limpio la estufa y sigo, ese es mi dicho. Si hoy ya no fue, no se pudo, y sigo persistiendo en lo que quiero”, sostuvo la cantante llanera.

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Personas que a la que alguna vez quiso y entregó su amor, intentaron frenar su proceso artístico, lanzándole comentarios en donde señalaban que ella “no servía para eso”, sin embargo, Nancy se aferró a lo construido; recordando que, si pudo subirse a los buses de Bogotá, cantar para vencer la timidez, y con ello conquistar hasta a quien no gustaba de la música llanera, significaba que ella si servía para eso y más.

Alguna vez soñó con ser comunicadora social, estuvo entre sus grandes anhelos e intentó dos veces cursar la carrera universitaria, una de esas en Bogotá, pero la falta de recursos la detuvo; la segunda en Yopal, fue allí en donde llegó el punto en el que su proyecto musical la hizo cuestionarse si seguía estudiando o fortaleciéndose como artista.

Nancy decidió no ser mamá porque con respeto considera la maternidad como una carrera más.

“Me parecía que esa es otra carrera y muy difícil. Siempre decían ‘mire el ejemplo que le da Pepita a sus hijos’ y yo me preguntaba ‘Dios mío, ¿esto siempre es así?’ Yo no sirvo para ser ejemplo de nadie. Cuando usted me dice que la inspiré, yo me siento contenta y por dentro le doy gracias a Dios”, resaltó la artista.

Se considera una mujer común y corriente, su hogar es su lugar seguro: una finca en el Casanare en la que todos los días se siente como toda una llanera.

“Llego a la finca, me saludan mis perros, mi madre y padre, la persona que esté ayudándome. Me desbalijo de la ropa nueva, la pongo en el gancho y uso lo más viejo que es con lo que uno se siente cómodo y tranquilo; botas, sombrero y a hacer lo que tengo que hacer”, expresó con orgullo.


RP
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