jueves, 10 de julio de 2025
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‘No satanizo ningún modelo de concesión’ : ministra de Transporte


‘No satanizo ningún modelo de concesión’ : ministra de Transporte 1
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Redacción PDM

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La funcionaria dice que estar en estos cargos “no es un privilegio sino una vocación, para servirle a una sociedad que ha sido excluida siempre”.

 

Por Jhon Moreno

El pasado 24 de enero, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, nombró a María Fernanda Rojas Mantilla (M.R.) como ministra de Transporte, quien tiene orígenes llaneros pues nació e hizo sus primeros años de estudio en Villavicencio.

Rojas Mantilla es abogada y comunicadora social, con especialización en Opinión Pública y una maestría en Análisis de Problemas Económicos, Políticos e Internacionales, y se graduó como bachiller del Colegio Bachillerato Femenino, aunque también estudió en La Salle.

Con 25 años de experiencia en la gestión pública, se desempeñó recientemente como subdirectora general de Prosperidad Social, donde, en tan solo 9 meses de gestión, logró reactivar 71 obras inconclusas, entregando 48 a las comunidades.

En su larga carrera también fue concejal de Bogotá durante ocho años, presidió el Concejo en 2021 y dirigió la Oficina de Relaciones Internacionales del Consejo Nacional Electoral. Además, asesoró en temas presupuestales relacionados con la implementación de los Acuerdos de Paz.

Periódico del Meta (PDM) la entrevistó para conocer qué será de los proyectos de infraestructura vial en esta región del país y el futuro de las concesiones viales en los meses que estará como ministra.

PDM: ¿Cuál es la conexión que tiene con el Llano?

M.R.: Además de que nací en Villavicencio, viví mucho en el Llano porque nos tuvimos que mover debido al trabajo de mi padre. Los años de mi formación fueron en Villavicencio, así que tengo mucha conexión. Además, mi abuelo fue uno de lo que llevó el periodismo al Meta y por ahí viene la pasión por la comunicación social.

PDM: ¿Cómo se llamaba su abuelo?

M.R.: Era abuelo por el lado de mi mamá y se llamaba Ramiro Mantilla Mantilla. Él era santandereano, llegó a Villavicencio, pero en Bogotá trabajó en RCN, Caracol y Cromos y otros medios nacionales. Le decían el decano del periodismo y formó entre otros a Alcides Antonio Jáuregui Bautista. Es más, tuvimos un programa de radio con él, con mi mamá y un primo.

PDM: ¿Cómo cree que le puede servir la comunicación social en un ministerio como el de Transporte?

M.R.: Creo que todo lo que es público es un ejercicio de interacción con la ciudadanía, yo lo he aplicado en el servicio público, entendiendo que lo que se hace como funcionario debe conocerse y que la gente tiene derecho a opinar y que recoja esas interacciones; yo tengo una combinación de comunicarme con la ciudadanía, que es tan importante como los aspectos técnicos del trabajo en el Ministerio.

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PDM: Usted viene de Prosperidad Social, ¿recuerda alguna de las obras en esta parte del país?

M.R.: De las que más recuerdo es la creación del proyecto de Puntos de Abastecimiento Solidario (PAS) para combatir el hambre, que funcionan como una plaza de mercado, distribución de Bienestarina, venta de alimentos sin intermediarios, ventas de artesanías, etc.  En el Meta están en 8 municipios incluido Villavicencio. Se trata de articular con las gobernaciones y alcaldías.

PDM: ¿A qué se refiere el presidente Petro cuando dice que los nuevos ministros deben “ponerse la camiseta”?

M.R.: Sacar adelanta las prioridades del Gobierno Nacional y del presidente. En estos cargos hay tanto por hacer que a veces se pierden los horizontes. El ministerio de Transporte tiene 7 entidades adscritas por lo que debe gestionar proyectos, aéreos, fluviales, terrestres, férreos, peatonales, etc. El Presidente dice que las obras siempre se han concentrado en las ciudades centros de poder, entonces toca enfocarnos en las regiones olvidadas.

PDM: Una de esas regiones sin conectar son los Llanos Orientales…

M.R.: Exacto, sin irnos tan lejos de Bogotá. Los problemas de conectividad son enormes en los Llanos, una región que se supone es la despensa agrícola de Colombia y dificulta su competitividad. Entonces, el foco debe ser conectar las regiones del país; la obsesión del Presidente es tener salidas al mar para llevar productos a más puertos del mundo, pero antes debemos tener carreteras y corredores férreos.

PDM: Justamente, ¿en qué va el corredor férreo entre Villavicencio y Puerto Gaitán?

M.R.: Siento que está todavía un poco rezagado hay que impulsarlo porque hace parte de la conexión Andes-Orinoquia, que hay que buscarle una mayor conexión para que sea más competitiva. Se está trabajando, pero hay que ponerle velocidad para dejarla en un punto que continúe (en el siguiente Gobierno).

PDM: El presidente Gustavo Petro dijo que este año de pronto se podría iniciar la construcción de la Altillanura, ¿lo ve posible?

M.R.: Hemos venido hablando con el Ejército, nos dicen que están con toda su capacidad ya puesta, sin embargo, el ministro de Defensa ya lo sabe y estamos revisando pero, antes de eso, hay que resolver temas ambientales y eso puede tomar mucho tiempo. Pero al margen de estos aspectos técnicos, que son importantes, queremos que ese proyecto tenga un modelo de gobernanza, empezando porque el proyecto se conozca, y para eso son importantes los medios locales, los líderes de la región que ayuden a contar que estamos trabajando sobre eso.

PDM: ¿El Ministerio tiene dinero para este tipo de macroproyectos como el Tren de la Altillanura o hay que salir a buscarlo?

M.R.: Hay de todo. Debemos usar todas las posibilidades. Estas obras se construyen con dineros de vigencia futura, estamos haciendo una priorización que analizaremos con el ministerio de Hacienda. Hay unos recursos que se pueden utilizar, pero también mediante alianzas público-privadas (app) que permitan la entrada de inversionistas privados u obras por impuestos, con regalías y recursos propios, es decir hay que combinar diferentes instrumentos financieros.

PDM: ¿Cuál es su posición frente a las concesiones viales?

M.R.: En este tipo de modelos hay que revisar que haya un equilibrio para el Estado, y eso también lo ha pedido el Presidente. Incluso, en el reconocimiento de los pagos, muchas concesiones, según las reglas de juego que tienen, llevan a que el Estado tenga que pagar así no haya avances de obra, eso no puede ser. Esa es una pela que tenemos clara.

PDM: Es decir, ¿van a revisar las concesiones? 

M.R.: Vamos a revisar el cumplimiento de las obligaciones de las concesiones en cuanto metas de obras, avances de ejecución física de los proyectos vs. los pagos.

PDM: ¿Pero esas diferencias no se resuelven en tribunales de arbitramento?

M.R.: Sí, pero entidades como la ANI no tienen una estrategia de litigio que les permita defender los intereses de la entidad o los del Estado o ha sido muy débil; entonces en esos tribunales se pierden todas esas instancias jurídicas y en muchos de ellos están en juego billones de pesos. Esa será una prioridad en mi labor poque no podemos dejar que el Estado sea siempre el gran perdedor de estas pelas jurídicas porque se convierten en pagos y pagos a los concesionarios.

PDM: ¿Por dónde van a empezar?

M.R.: estamos revisando primero los temas de la defensa jurídica que hemos estado haciendo las entidades del sector, y con las concesiones examinamos los cumplimientos de los avances.

PDM: Aún así, ¿no descartaría que el Tren de la Altillanura se financiara y fuera operado por una app, o una concesión?

M.R.: No lo descarto, esa es una posibilidad. La pregunta es buena porque puedo decirle que no satanizo ningún modelo de concesión para nada, lo que creo es que en cualquier relación contractual entre el Estado y un particular debe haber un equilibrio; sin embargo, aquí suele haber mucha eficacia jurídica cuando el desequilibrio lo alega el privado pero cuando es para el Estado ni siquiera se defiende y si lo hace, es una defensa ineficaz.

PDM: ¿Cómo sería la concesión ideal?

M.R.: Me parece que debemos trabajar en unos modelos de concesión justos desde el punto de vista financiero pero también que contemplen los impactos sociales de los proyectos para que la infraestructura no termine desvalorizando o haciendo un daño a las comunidades, sino todo lo contrario. Sobre eso nos queremos orientar.

PDM: ¿Qué siente haber llegado a un ministerio tan trascendental, en un momento clave del gobierno?

M.R.: Esto no es un privilegio sino una vocación para servirle a una sociedad que ha sido excluida siempre; infortunadamente una forma de exclusión es con infraestructura de transporte, porque sin una buena carretera apartas a comunidades enteras del comercio, del desarrollo, la exclusión empeora si tienen economías ilegales porque los dejas sin opciones.

 


RP
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