Tecnología para futuros brotes

Por Jairo Ospino Epidemiólogo Cruz Roja Meta

La pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto grandes desigualdades y exclusiones en el mundo digital, especialmente para las poblaciones de riesgo, y ha frenado la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible.

Pero también el reto de intercomunicar a tanta gente ha hecho que la tecnología de la informática y telecomunicación (TIC) estén viviendo su época dorada, por la cantidad de avances y servicios que ofrece, incluso al menos agraciado intelectualmente de los sapiens sapiens.

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ha publicado unas directrices sobre cómo garantizar que la información, los servicios y los productos digitales estén al alcance de toda la población, incluidas las personas con disminución de sus capacidades durante la pandemia. La adopción de Internet se ha acelerado considerablemente, así las tasas de utilización se han disparado, con un incremento de 800 millones de personas conectadas en los dos últimos años, alcanzando la cifra de 4.900 millones de usuarios de Internet (63% de la población mundial) en 2021.

La infraestructura digital robusta, resiliente y segura, accesible en todo el mundo, seguirá siendo fundamental en caso de pandemia, epidemia o cualquier tipo de catástrofe. Pero el campo más promisorio se encuentra en la utilización de la inteligencia artificial para la salud. La IA puede servir para predecir brotes y clasificar síntomas.

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Tanto que se promueve la utilización innovadora de las tecnologías digitales y se has recopilado y seguido de cerca los casos de las TIC volcados en proyectos y actividades dedicados a responder a la crisis de la Covid-19.

Por ello en el uso de los metadatos se encuentra el futuro de la informática, y, lógicamente, en el manejo juicioso a largo plazo de esta y otra pandemias. Los sistemas de información para la salud –a través del acceso oportuno a datos correctamente desagregados, la adecuada integración de los sistemas nacionales y locales, la salud digital y la utilización de las TIC de uso frecuente facilitan la identificación eficaz, el reporte y análisis de casos y contactos; la búsqueda y detección tempranas de casos; y la identificación y el seguimiento de la población de riesgo, los casos y sus contactos.

También mantener la continuidad de los servicios esenciales: la teleconsulta, el registro electrónico y la receta electrónica, además de monitoreo de la recuperación y rehabilitación. Y el nicho que ha mostrado especial desarrollo es el de la investigación, pues todo ese poder de la informática es el que ha hecho posible el desarrollo de las plataformas vacunales y la vigilancia juiciosa de los genomas de los virus que amenazan en esta pandemia.

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