Un alto en el camino | Editorial

En medio de los afanes por la compra de regalos, la cena de Nochebuena y los compromisos sociales, a veces es difícil detenerse a pensar un poco en el verdadero motivo que nos debería mover en todo esto: la paz con nosotros mismos, reencontrarnos con nuestra espiritualidad. Nada más importante en esta época que recordar a Dios como signo de amor, unidad familiar y reconciliación con el prójimo.

Caminamos con un egoísmo puro y duro que apenas nos da para pensar en nuestros seres queridos (si acaso). Naturalizamos las peleas de fin de año, las borracheras, los accidentes viales, los quemados con pólvora, el ruido y el desorden, pero poco buscamos una razón que aquiete nuestra mente y nuestro espíritu.

Recorre el mundo un fantasma de desunión: separando de los matrimonios, aislando a las personas dentro de los hogares y maltratando a las familias, lo cual ya parece parte del paisaje en medio de esa cotidianidad en la que caminamos. 

Diciembre debe ser un alto en ese trasegar, penoso para muchos, en el que podemos reflexionar sobre el significado de la familia y el valor que tiene una convivencia positiva con los demás. Es una oportunidad para fortalecer los lazos afectivos, compartir experiencias, expresar gratitud y perdonar las ofensas.

Ojalá en esta época comprendamos que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, donde se aprenden los principios y valores que nos guían en ese sendero de la vida. La familia nos brinda apoyo, seguridad, confianza y amor incondicional; nos ayuda a crecer como personas y a superar los desafíos que se nos presentan.

Por ello, la Navidad es una ocasión propicia para demostrar a nuestra familia y a nuestros seres queridos cuánto los apreciamos y los necesitamos. Podemos hacerlo con gestos sencillos, como preparar una comida especial, enviar un mensaje afectuoso o simplemente dedicar tiempo de calidad.

La unión familiar en Navidad es una fuente de alegría, paz y esperanza. Es una forma de celebrar el nacimiento de Jesús, que vino al mundo para salvarnos y enseñarnos a amar. Todo es un presente que debemos valorar y cuidar, no solo en esta época, sino durante todo el año.

La de hoy, es la última edición impresa de Periódico del Meta en el 2023. Esperamos contar con su lecturabilidad, opiniones y sugerencias el próximo año, pues si nos mantenemos como el medio impreso y digital más leído de la Orinoquia es gracias a que ustedes amablemente reciben un ejemplar de los voceados en la calle, interactúan con nuestros contenidos en redes sociales, nos llaman la atención cuando es necesario y nos sugieren temas para desarrollar.

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