jueves, 28 de marzo de 2024

Café, con aroma de bendiciones


Café, con aroma de bendiciones 1
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Redacción PDM

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Contrario a lo podría pensarse, su discapacidad visual ha sido el principal motivo para trabajar por sus sueños.

Sus manos han sido la guía de su vida en los últimos años. Aprender, capacitarse, no rendirse y trabajar han sido parte del secreto de este luchador.

Por Catalina Gallego /Especial Periódico del Meta

La falta de uno de los sentidos no le ha impedido a Carlos Mauricio González ser uno de los grandes emprendedores en el departamento. Este hombre, oriundo de Garzón, al suroriente del Huila, llegó a Villavicencio con su familia cuando apenas tenía 11 años; al llegar continuó sus estudios y obtuvo el título de bachiller.

Desde niño se apasionó por la lectura, disfrutaba de las obras del nobel de literatura, Gabriel García Márquez y de libros japoneses. Para los años 90 trabajó en librerías y fue hasta el 2001 que montó su propia empresa, su interés iba hacia la parte académica, ofrecía enciclopedias de veterinaria, cursos de cocina, de belleza y, por supuesto, La Biblia.

Hasta ese momento veía perfectamente, pues aunque Mauricio nació con retinosis pigmentaria, una enfermedad hereditaria y que se la diagnosticaron cuando tenía 14 años, fue hasta después de los 40 que la desarrolló, por lo que tuvo que cerrar su negocio.

Poco a poco fue perdiendo la visión, pero ellos no fue un obstáculo para continuar con su vida, así que se dio a la tarea de tocar puertas.

“En el 2016 tomé la decisión de entrar al SENA por el programa Ágora, desarrollado por la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) para América Latina. Durante las clases tenía a mi disposición una impresora braille, un software que convierte en voz la información que hay en la pantalla, memorias, uniformes y bonos para los transportes”, relata Carlos Mauricio.

Se formó en asistencia administrativa, allí estudió con personas de baja visión y ceguera total. En una de las áreas, junto con otros tres compañeros, crearon el emprendimiento Café Visión.

Empezamos cuatro compañeros con el ejercicio de ponerle un nombre, un eslogan, buscar un producto que fuera masivo y de consumo, que estuviera dentro de la canasta familiar”, explicó González.

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El café es cultivado en Cubarral, él hace el proceso de tostión, de molienda y de empaque y lo ofrece molido y en grano tostado de 250 gramos o 500 gramos; también ofrece postres, yogur y licor, todo de café.

Sus productos además de llevarlos a ferias y mercados campesinos en diferentes municipios del Meta, también los ha distribuido en Medellín, Bogotá, México, Estados Unidos, Alemania y España.

Mauricio se encarga de atender su tienda física, la cual está ubicada en la Galería del Siete de Agosto, en Villavicencio, y muchas veces va a las ferias. Cuando es un evento masivo, acude a la ayuda de madres de otras personas con discapacidad.

Este hombre, de 52 años, con su mínima capacidad para ver, tiene la habilidad de identificar las cosas con el tacto, por lo que logra diferenciar el dinero y meterle un billete falso es muy complicado. Gran parte de esta habilidad se debe a las clases de rehabilitación que recibió en instituciones y centros especializados para personas con discapacidad visual.

Nos enseñaron a manejar la parte contable con el ábaco; cómo escribir con el braille, un sistema de lectura y escritura táctil; a manejar el jaws en el computador y aplicaciones para los celulares que nos leen todo”, indicó el emprendedor.

De igual manera funciona con los productos que ofrece, sirve y pasa a la mesa de sus clientes. Carlos sabe hasta qué punto debe llenar un vaso, esto lo tiene claro, a medida que va sirviendo va sintiendo en sus manos el frío o el calor de la bebida.

Rendirse nunca fue opción

Además de su limitación visual, su lucha y perseverancia también se pusieron a prueba durante la pandemia, pues muchas personas tuvieron que cerrar sus negocios, algo que Mauricio no tenía en mente nunca. “Tuve la bendición de continuar vendiendo mi café desde casa y producir mensualmente más de 1.100 libras, es decir, entre 2 y 3 sacos.“En la pandemia lo que hicimos fue hacer domicilios y de esta forma mi café rotó. Ahí tuve la primera bendición, mi café no se quedó quieto”, aseguró el creador de Café Visión.

Sus tiempos libres los dedica a descansar y a disfrutar de la naturaleza, ya que como él asegura, es un espacio para conectarse con él mismo y tener tranquilidad.

Luego de trabajar por sus sueños, este hombre cree profundamente en las oportunidades y en las bendiciones que brinda Dios, el mensaje que deja a las personas que tienen alguna discapacidad.

Confíen en Dios, la disciplina y la perseverancia nos hace llegar lejos. Debemos tener un proyecto de vida, el mundo no se acaba ahí. La discapacidad no va en la parte física sino en la mente. Si hay oportunidades, hay que buscarlas, hay que tocar las puertas”, expresó Mauricio con convicción.

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