Cuidado con el uso del agua en nuestra cotidianidad

El uso doméstico del agua (lavar, enjuagar y cocinar) representa solo el 3% del consumo total de agua de la humanidad, pero si usted tiene una llave que gotea, puede desperdiciar hasta 30 litros de agua en un día.

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Después de la agricultura, la producción de energía y la industria son las actividades que más agua demandan, en especial para las grandes ciudades. Sin embargo, en producir nuestros alimentos usamos el 69% del agua dulce disponible en el mundo, lo que genera una escasez que sigue figurando como uno de los riesgos mundiales que más preocupan a los responsables políticos y a los líderes empresariales.

Así lo indicó el más reciente reporte del Foro Económico Mundial que analiza los diferentes riesgos globales que enfrenta la humanidad en corto, mediano y largo plazo con respecto a las tensiones actuales económicas, sociales, ambientales y tecnológicas.

Los datos fueron suministrados por la WWF en el marco de la celebración del Día Mundial del Agua, para dimensionar la importancia del líquido en nuestra cotidianidad.

Muchos de los productos que consumimos implican utilizar agua en grandes cantidades: producir solo medio litro de gaseosa requiere hasta 175 litros de agua; fabricar un par de jeans, 8.000 litros; una manzana, 70 litros; una taza de café, 140 litros; 1 kilo de arroz, entre 3.000 y 5.000 litros; 1 kilo de soja, 2.000 litros; 1 kilo de trigo, 900 litros; 1 kilo de papas, 500 litros.  

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Según un informe de la ONU, el uso de agua dulce se ha multiplicado por seis en los últimos cien años y sigue creciendo a un ritmo anual de casi un 1% desde los años 80. Gran parte de ese aumento se debe a una combinación de factores, como el crecimiento demográfico, el desarrollo económico y el cambio en los patrones de consumo.

Pero también, a costa del agua, se ayuda a consolidar ciertas riquezas: de acuerdo a la WWF Para obtener un gramo de oro se usan más de mil litros de agua; la misma cantidad que debería usar una persona para su higiene y consumo responsable durante 10 días.

En los lugares donde las personas tienen un acceso limitado o nulo a agua potable o saneamiento, la prevalencia de enfermedades diarreicas es un factor importante en las altas tasas de mortalidad infantil, desnutrición y pérdida de productividad. Según la Organización Mundial de la Salud, 297.000 niños menores de cinco años mueren cada año debido a enfermedades diarreicas causadas por las malas condiciones sanitarias o agua no potable.