Del temblor a la inspiración: el artista de Villavicencio que convirtió su enfermedad en arte

- Publicado en Jun 01, 2025
- Sección La Otra Cara, Lo Mas Reciente
Arquitecto de profesión, víctima del Parkinson y resiliente en cada trazo. Así es Germán Guevara, quien a sus 75 años demuestra como una enfermedad lo llevó a crear grandes obras.
Por Lina Herrera
En aquella parte del centro, en donde algunas casas parecen haberse quedado atrapadas en décadas pasadas al conservar su antigua infraestructura, un letrero con curiosa tipografía enseña el nombre de uno de esos hijos de Villavicencio que nació con alma de acero: Germán Guevara.
Tiene incontables cabellos grises que para muchos no son significado de vejez sino de sabiduría, la espalda encorvada, y sus manos permanecen danzando a diferentes ritmos como resultado del Parkinson, enfermedad que alrededor de sus 72 años, lejos de incapacitarlo, lo llevó a plasmar trazos y figuras para así convertirlas en arte.
En medio de lágrimas, Germán evoca uno de sus más preciados recuerdos, el 15 de enero del 2023, Dios le habló.
“Me vino un temblor, parecía un hula hula. A las 2:30 de la madrugada, llorando, le pregunté a mi Dios lo que sería de ahí en adelante; me dijo ‘dibuja’. Le dije ‘padre celestial, mi mano derecha no está entrenada para lo que tú quieres que yo haga, si me diriges, de la mano andaré contigo…”, narró con nostalgia el artista.
En ese instante, tomó papel y lápiz, dibujando lo que él llama “mamarracho” pero después bautizó como “el trotador”, convirtiéndose en la primera de más de 500 obras que ha realizado.

“Hice un trotador con una línea, me gustó. A las 3:00 de la mañana llamé a mi esposa para mostrarle, volvieron las lágrimas; no podía creer lo que había hecho”, añadió.
Aunque esta etapa de la vida de Germán parece ser en la que más se ha sumergido artísticamente; el hombre considera que desde pequeño el arte rondaba por su mente y al crecer decidió inclinarse por la arquitectura, lo que no solo desarrolló un gran reconocimiento profesional, sino un fuerte criterio personal.
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“Los arquitectos o cualquier persona que le guste el arte, tenemos muy definido el buen gusto en todo lo que hagamos. Cuando veo mi dibujo, me agrada”.
Puede que para muchos sea obra del destino y hasta coincidencia, para Germán fue el resultado de su fe; de cualquier forma, uno de los síntomas más fuertes de aquella enfermedad, logró que sus manos dibujen inigualables figuras que han cautivado hasta extranjeros, quienes adquirieron un par de obras.
“El arte lo lleva a uno, nace uno con el arte. No se hace artista, es mi opinión”, comentó Guevara.
Este hombre define su estilo como “Germán Guevara”, no hay otra descripción. Se inspira en las desigualdades y problemáticas sociales de las cuales permanece muy crítico, ya que el terreno político es de su interés. No obstante, hay otro rasgo que plasma con sus manos: la familia.
Germán y su esposa no tienen hijos, ambos son el bastón que sostiene al otro. Esto, junto a la crianza que recibió el artista, lo hacen tener más de una obra en la que se vea a papás junto a sus hijos, expresando la calidez del hogar.
“La niñez es la mejor etapa del ser humano”, señaló el artista al recordar su infancia jugando boliche y escondidas en el Parque Infantil.
En cualquier momento del día, si se visita la galería de Germán Guevara, podrá encontrar dos cosas: una extensa charla sobre política, y a un hombre con las manos temblorosas trazando lo que será una atractiva obra de arte.
Aunque sea una palabra un poco convertida en ‘cliché’ es inevitable no aludirla a este hombre de 75 años quien parece que de cabeza a pies está vestido de ‘resiliencia’.
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