Editorial | Tortuosa primera vuelta

“Los boletines expedidos por la Registraduría Nacional del Estado Civil durante el denominado preconteo no son de carácter vinculante y tienen mero carácter informativo, por lo que no pueden considerarse como documentos electorales que definen una elección”, según lo señalado por el Consejo Nacional Electoral en el Acuerdo No. 019 de 1994 y en la Resolución 1706 de 2019.

Desde antes de convertirse en tendencia en Twitter el #FraudeElectoral, la Registraduría había advertido que seguramente aparecerían votos nuevos a candidatos o partidos porque el escrutinio lo que permite es la definición en detalle del conteo que se hace el domingo.

Ahora bien, entre el preconteo y el escrutinio sería entendible que surgieran algunos cientos e incluso miles de votos que no se habían reportado, eso siempre pasa y basta recordar en las legislativa del 2018 cuando el partido Colombia Justa y Libre quedó con cuatro curules en el Senado después de que en los boletines iniciales no había obtenido ninguna; en el Meta, en el 2015, el partido de La U, Liberal, Centro Democrático y Partido Verde, definieron curules a la Asamblea después de 10 días de la jornada electoral.

Sin embargo, lo que Gustavo Petro y el Pacto Histórico reportaron es que “habían recuperado” más de 486.000 votos en todo el país, una cifra que es casi el número de habitantes de una ciudad como Villavicencio.

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La Misión de Observación Electoral dijo que encontró “múltiples errores en el llenado de los formularios E-14 por parte de los jurados que diligenciaron y que fueron difundidos a través del sistema de preconteo”, pero aclaró que ese error afectó a casi todos los partidos en general.

Varias personas consultadas por Periódico del Meta concluyeron que el problema tuvo su origen en dos aspectos: primero, que los jurados, la mayoría d ellos nuevos en esa labor, no fueron a las capacitaciones para diligenciar los formularios; y dos, que varios de ellos no podían hacer sumas simples de dos cifras y debían calcular o recurrir a la calculadora del celular.

De todas maneras, las sombras que vuelven a aparecer sobre la Registraduría y sus sistemas, solo hacen prever que el camino para las presidenciales será tortuoso y el mismo 29 de mayo, día de las votaciones en primera vuelta, tendrán que brindarse garantías de transparencia, más allá de hacer públicos los formularios E-14 en tiempo real.

En un momento tan crucial como el que vive Colombia, las instituciones no pueden sembrar dudas en la transparencia de sus actuaciones y se deben enviar mensajes de confianza. Es la democracia lo que está en juego.

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