El desfibrilador externo y la ley que salva vidas

En el 2017 nació una ley que da obligatoriedad al uso de un dispositivo médico que puede reanimar a personas que han sufrido paros cardiacos. Sin embargo, siete años después, existe desconocimiento y falta de cumplimiento en ciudades como Villavicencio.

Por Lina Herrera

Como todos los domingos, Juan se reunió junto a sus amigos para jugar fútbol en una cancha sintética de Villavicencio. Tras 30 minutos del partido, él sintió una fuerte presión en su pecho y dificultad para respirar, minutos después, colapsó. Al buscar la ayuda más rápida, solicitaron el kit de emergencia del espacio deportivo, sin embargo, este no contaba con lo más esencial para estos casos: un desfibrilador externo automático (DEA). Juan sufrió un infarto y falleció.

Aunque el nombre parezca enredado, el DEA es un dispositivo médico electrónico portátil, dotado de electrodos destinados a generar y aplicar pulsos intensivos al corazón a través del tórax, para permitir que dicho órgano vuelva a un ritmo normal fuera del paro, que garantice el ritmo cardiaco viable del paciente. En resumen, su función es salvar vidas.   

Han ocurrido varios casos. El primer caso, en abril del 2022, en medio de una cancha de tejo, un profesor, y el segundo, hace un mes en una cancha sintética. Ambos con infartos fulminantes, ninguno con un DEA cerca.

El 2 de mayo del 2017 nació en Colombia la Ley 1831, con el objetivo de establecer la obligatoriedad, dotación, disposición y acceso de los DEA en los transportes de asistencia básica y medicalizada, así como en los espacios con alta afluencia de público, por ejemplo: complejos deportivos, centros de eventos como discotecas, universidades, colegios, centros comerciales, y hasta concejos y asambleas.

En este sentido, las entidades territoriales, son las encargadas de definir y clasificar los espacios con el fin de establecer aquellos en los que es obligatorio contar con el dispositivo. Asimismo, las personas responsables de los lugares deberán realizar las gestiones necesarias que garanticen la dotación y acceso a los DEA.

Sumado a lo anterior, estas autoridades deberán hacerse cargo de las capacitaciones en el uso del dispositivo.

“Las Secretarías de Salud del orden municipal (…), las secretarías de Salud de los departamentos con corregimientos departamentales, capacitarán en el uso del DEA, de manera directa o a través de terceros mediante contratos o convenios que suscriban para el efecto, de acuerdo con los lineamientos aquí previstos”, indican en un anexo técnico de la resolución 3316 de 2019, en el cual se establecen disposiciones para el uso del DEA.

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En los casos de paro cardiaco mencionados, surge la duda de si en Villavicencio y en el resto del departamento se está implementando lo que ordena la ley.

En conversación con Periódico del Meta, Jorge Ovidio Cruz, secretario de Salud departamental, manifestó que aún falta reglamentación para llevar a cabo la ejecución.

“La 1831 desde 2017, aún falta reglamentación, pues la competencia es desde el ministerio de Salud, pero las inversiones para los DEA tienen unas interpretaciones… Se ha estado esperando un tema reglamentario. Aún cortos en el país con el tema”, respondió el funcionario.

Respecto a la secretaría de Salud de Villavicencio, se intentó contactar a Yaned Sierra Castrillón, quien dirige esta dependencia, pero no fue posible lograr la comunicación con ella.

Por su parte, Jairo Ospino, epidemiólogo de la Cruz Roja en el Meta, explicó que se comunicó con las secretarías de Salud y estas informaron que se encuentran en la etapa de censar los escenarios de alta afluencia.

“Me dijeron que ya se reunieron e incluso creo que dieron la primera capacitación en una de las universidades, pero se puede decir que aún no se ha implementado”, afirmó Ospino.

Finalmente, la Superintendencia de Salud indicó a este medio que en el caso de que las autoridades municipales o departamentales no estén haciendo el debido control y vigilancia sobre esta obligatoriedad, las entidades de control tendrían que intervenir.