Gobernanza del agua, oportunidad para vivir
- Publicado en Jun 08, 2024
- Sección Ambientales, Lo Mas Reciente
Solo el 2.5% de agua del planeta es dulce y menos del 1% está disponible para consumo humano. Su conservación y uso sostenible es uno de los mayores retos para la humanidad.
El agua puede crear paz o desencadenar conflictos. Cuando el agua escasea o está contaminada, o cuando la gente tiene dificultades para acceder a ella, las tensiones pueden aumentar. Cooperando en materia de agua, podemos equilibrar las necesidades relativas al agua de todos y ayudar a estabilizar el mundo.
Es por eso que la gobernanza del agua se posiciona desde hace varios años como parte de la agenda ambiental y como una nueva forma de comprender y realizar la gestión integral del recurso hídrico para el país.
En la nueva forma de concebir el recurso se asume la importancia de involucrar a todos los actores del agua en la transformación de las problemáticas socioambientales asociadas a este recurso, en donde se colocan en disposición las diversas capacidades, herramientas, competencias y condiciones de los involucrados en función de los propósitos comunes que se acuerden.
En esta forma de involucramiento, el rol del Estado se enfoca más como el facilitador de las relaciones con los diversos actores sociales, privados, académicos u otros para construir salidas conjuntas a las problemáticas o conflictos alrededor del agua.
Por lo tanto, la gobernanza comprende procesos formales e informales y mecanismos de negociación, concertación y toma de decisiones que están constante cambio y adaptación de acuerdo con contextos culturales, sociales, económicos, políticos y biofísicos de los territorios.
Hay que tener en cuenta que la prosperidad y la paz dependen del agua. A medida que los países gestionan el cambio climático, las migraciones masivas y la inestabilidad política, deben situar la cooperación en materia de agua en el centro de sus planes.
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Según las Naciones Unidas, la adecuada gestión el agua puede sacarnos de una crisis. Podemos fomentar la armonía entre comunidades y países uniéndonos en torno al aprovechamiento justo y sostenible del agua, desde los convenios y convenciones de la ONU a nivel internacional hasta las acciones a nivel local.
Debemos tener en cuenta que, según la WWF, cada año los ríos reciben 918.670 toneladas de materia orgánica no biodegradable. Parte de la expansión ganadera y agrícola se hace a costa de los humedales. Hay barrios construidos sobre las rondas de los ríos. La minería consume enormes cantidades de agua. La crisis climática causa una serie de impactos con efecto domino, por ejemplo, incrementa la duración y frecuencia del Fenómeno de El Niño, el cual causa desecación de cuencas, las cuales son el hogar o hábitat de personas y diversidad de plantas y animales que ven amenazada su supervivencia.
Gobernanza
En el caso de comunidades humanas, la escasez de agua viene acompañada de racionamientos, incrementos en los valores a pagar por los servicios de acueducto, energía eléctrica y transporte fluvial, pérdidas en empleos (pescadores, transportadores fluviales de carga y pasajeros, agricultores e industria) e incrementa problemas de salud pública por enfermedades gastrointestinales, deshidratación y potencialmente alta ingesta del consumo de micro plásticos.
¿Cuál es el papel de las comunidades locales en la conservación y el uso de las aguas?
Las comunidades indígenas, afro y campesinas tradicionalmente han cuidado las principales fuentes de agua de nuestro país, planifican el uso del territorio alrededor del agua y nos enseñan cómo vivir rodeados de este valioso recurso. Si fortalecemos su gobernanza, cuidando a sus líderes, fortaleciendo sus capacidades y apoyando su efectiva participación en la toma de decisiones gubernamentales y sectoriales, no solo los empoderamos, sino que nos aseguramos de tener los mejores guardianes de nuestros recursos naturales.
Proteger el agua, un trabajo en equipo. ¿Qué hacer para cuidar y conservar este recurso?
Incrementar nuestras fábricas de agua (páramos y acuíferos de aguas subterráneas) y no permitir que estos terrenos tengan un uso diferente.
Velar por el cumplimiento de las leyes que protegen los humedales del país (no se pueden desecar) y la ronda hídrica, es decir, los bosques ribereños que acompañan los cursos de nuestros ríos en un ancho de hasta 30 metros a cada lado, aseguran microclimas favorables y previenen desastres y pérdidas de vidas humanas en épocas de inundación.
Comprando alimentos locales y de temporada, ya que la alimentación es clave en el ahorro del agua. Todos podemos ser consumidores responsables preguntando por el origen de los bienes que compramos.
Cuidar nuestro consumo de agua tiene beneficios económicos directos reflejados en las facturas que pagamos mensualmente por estos servicios.
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