La Catedral de Villavicencio y su memoria arquitectónica interior
RP
Redacción PDM
- Publicado en Mar 27, 2024
- Sección Contenidos especiales, Lo Mas Reciente
Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario
Recuerdo que cuando dicté clases en el programa de Comunicación Social Periodismo de la Uniminuto, con los estudiantes del curso de Semiótica realizamos lecturas de ciudad recorriendo la zona céntrica y uno de los lugares de visita fue el templo en referencia en donde les comenté lo que ahora aquí comparto.
Contexto:
En diciembre de 1965 concluyó el Concilio Vaticano II que introdujo sustanciales cambios en asuntos relativos a arraigadas costumbres de la iglesia católica.
Algunas de dichas modificaciones fueron dejar de oficiar las misas en latín para hacerlo en el respectivo idioma local.
También abandonar la tradición de realizar la ceremonia eucarística de espaldas a la feligresía. En adelante el sacerdote se ubicó de frente a ellos y ellas, por tanto entró en uso el ara o mesa que hoy miramos, antes el altar mayor tuvo incorporado dicho mueble.
El caso de la catedral villavicense:
Aunque la construcción o remodelación de la primera iglesia que tuvo la capital del Meta data de los anteriores años cincuenta, tal como hoy la miramos, ha llamado mi atención que en las intervenciones practicadas en su interior se han respetado elementos arquitectónicos de la época anterior al eclesiástico concilio referido, los cuales desde entonces dejaron de ser usados.
Me refiero en particular a los siguientes tres que son notorios dentro del templo:
- El Coro: en la entrada de la iglesia está un balcón en donde se ubicaban los artistas: voces y músico del armonio. Así que el nombre de dicha estructura se derivó del mismo de la agrupación de voces cantoras ahí ubicadas.
2. El Púlpito: se localiza al fondo a mano derecha. Plataforma elevada destinada para que el cura, sin amplificación de sonido, desde ahí pronunciara la prédica del Evangelio y los sermones.
3. Reclinatorio de concreto: no conozco el nombre técnico correcto de esta larga estructura, que además separa al público del sector en donde está el altar mayor y los espacios para la ubicación de los sacerdotes durante las celebraciones religiosas.
Ahí de rodillas los fieles confesados recibieron la comunión por parte del sacerdote que detrás de dicho muro caminaba repartiendo las hostias.
Culmina aquí esta nota histórica con la cual visibilizo la significación de espacios arquitectónicos que la iglesia Catedral de Villavicencio guarda como memoria de momentos anteriores al Concilio Vaticano segundo.
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