La clave del mejor cacao del mundo

No era fácil ganar. Había 50 muestras diferentes provenientes de igual número de países que ofrecían sabores distintos, cada uno mejor que el otro. Sin embargo, Workakao tenía credenciales para jugar en grandes ligas y lo demostró.

El pasado 8 de febrero, esta cooperativa fue galardonada como el mejor productor de cacao del mundo en el concurso internacional Cacao of Excellence en Asterdam, que le otorgó la categoría de oro a Colombia, entre medio centenar de naciones.    

Workakao es una organización de segundo nivel, sin ánimo de lucro, con sede principal en el Guamal, pero conformada por cinco organizaciones de base, cuatro asociaciones y una cooperativa que están ubicadas en los municipios de Cubarral, El Dorado, El Castillo, Guamal, Granada y un punto de acopio que queda en Lejanías.

¿Pero cuál es el secreto para lograr este sabor que ya puede compararse con los mejores del mundo? Para Fredy Díaz Gutiérrez, gerente de la Cooperativa Multiactiva Nuevo Agrícola Cacaotero (Workakao), además de la pasión por el trabajo, el secreto debe dividirse en varios factores que inciden en el grano.

“Lo primero es la pasión de los cacaoteros por sus cultivos, eso es muy importante. Lo segundo es el potencial de las tierras que se tiene sobre la Cordillera Oriental, ya que son muy ricas en materia orgánica y tercero el hecho de que los cultivos estén acompañados de agroforestales y cítricos. Todo esto le da un sabor que nos diferencia de los demás cacaos. Quienes catan esos sabores sensoriales son los que llevan a considerar que en el Meta hay un cacao de excelencia”, explicó Fredy Díaz, líder gremial y exalcalde de El Dorado.

Pero para el equipo de ganadores de la cooperativa, hay otro factor: las semillas. Se trata de un material genético desarrollado por la Federación Nacional de Cacaoteros; clones que han sido probados en tierra del llano y que se adecúan a las condiciones de clima y terreno.

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Arauquita 5 o Fear 5 y San Vicente 41 son tipos de semillas bases del patrón que se injertan, crecen y dan como fruto ese grano tipo exportación. Estos clones han sido creados en Arauca, pero los cultivadores locales buscan que el Meta pueda desarrollar su propia denominación de origen.

Frente a las enfermedades de los cultivos, amenazas latentes siempre, Díaz Gutiérrez explicó que mediante mecanismos de cooperación se ayudan en la parte de asistencia técnica. Permanentemente se instalan Escuelas de Campo para Agricultores (Ecas), durante las cuales se capacitan a los cultivadores para el correcto manejo en el control fitosanitario y se enseña a elaborar abonos orgánicos con los mismos desperdicios de las fincas productoras

“Además, mediante los repelentes sin químicos, estamos bajando los costos y las 900 familias que hacen parte de Workakao encuentran una mayor rentabilidad en sus cosechas”, explicó el gerente de la cooperativa.

En promedio, con este tipo de clones araucanos, se cosechan 500 kilos por hectárea al año; hasta el año 2022, la agremiación compró 450 toneladas y otras 60 de cacao especial.

“Creo que además de la calidad del grano, la clave para ser los mejores entre 50 muestras de diferentes países, fue haber sido la única experiencia como cooperativa. Aquí demostramos que hay un proceso de 900 familias en zonas impactadas por el conflicto que decidimos impulsar con calidad internacional”, aseguró Freddy Díaz.

Agregó que luego de ganar este premio internacional, se abrirán nuevos mercados en Colombia, por lo que es necesario tener el suficiente producto para abastecer la demanda.

Sin embargo, aún hay retos previos para sostenerse en un mundo competitivo. Una de las tareas grandes será buscar la regionalización del grano, es decir, que las semillas sean de origen; lo segundo, es algo en lo que ya se ha avanzado y es que los cultivos sean cero deforestación; tercero, la no explotación laboral de niños en las siembras ni el resto de producción, y cuarto, que todos cumplan con la legislación laboral.

“El secreto para cosechar un buen cacao es la dedicación y la certeza de hacer las cosas bien hechas, de tener la mente abierta para poder cambiar los procesos y cambiar cuando llegan nuevos conocimientos”, recalcó Leonel Murillo Cristancho, productor de cacao y ganador del premio de Cacao de Oro.