Desde hacía cinco meses Consuelo Rodríguez, la madre de Esteban, estaba separada de Gabriel, el padre. No lo soportaba más y por eso interpuso una demanda por acoso: sus mensajes por Whatsapp eran groseros y la mujer se intimidaba ya que el sujeto reiteradamente llegaba a su casa a quedarse parado al frente, sin hacer nada, pero infundiendo temor sobre ella.
Gabriel, el padre asesino, tiene 50 años y es mensajero de una empresa en Bogotá; debía tomar asistencia psicológicas ordenadas por un médico, debido a que tenía episodios de ansiedad y su comportamiento depresivo tenía que ser tratado.
Sin embargo, las autoridades no le negaron ver a su hijo de cinco años cada 15 días, después de la separación con Consuelo. La relación con el hijo era excelente y Esteban incluso contaba los días para poderse ver con su papá, según relata la madre.
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A pesar de ello, ayer lunes después de las 7 de la mañana, cuando apareció el cuerpo sin vida del niño, se convirtió en el principal sospechoso, pues desde el sábado se lo llevó para una fiesta y con la excusa de invitarlo a comer helado. En todo caso, era el fin de semana en que el padre podía estar con su hijo.
Se lo llevó para Melgar el domingo y en la noche se registraron en el Hotel Del Rey de esa ciudad. Allí, en la madrugada, Gabriel al parecer toma una almohada y ahoga a su propio hijo mientras este dormía.
No satisfecho con el infanticidio, el asesino dejó las pistas de dónde encontrar a su pequeña víctima y envió las fotos a la madre del niño muerto. Su objetivo: hacer sentir culpable a Consuelo pues, de acuerdo con lo que el criminal dice en un video, así sería feliz saliendo con su nueva pareja.
«Ahora sí puede ser feliz«, le dijo a Consuelo junto a las fotos del niño muerto. Ella había encontrado en el baño de su casa una USB con dos videos en los que su expareja le daba a conocer los planes de matar a Esteban y entonces todo tuvo sentido para ella.
Aunque el sujeto amenazó con quitarse la vida también, los investigadores lo buscan desde ayer en varios barrios de Bogotá.