La vía a Pipiral está ‘cuesta arriba’

A pesar de los esfuerzos, persisten los desafíos debido al climáticas e instabilidad del terreno, provocando incertidumbre y frustración en los vecinos del sector.

Desde el 2021, la ola invernal por la que atravesaba la capital del Meta se ha vuelto ‘una avalancha’ de problemas para la vía alterna que comunica a Pipiral con Villavicencio. A pesar de que el Instituto Nacional de Vías (Invías) se comprometió a reparar la banca y dejarla lista para el mes de diciembre de ese año, han pasado cerca de tres años y aún no está habilitada.

“Esa obra no fue entregada, ellos hicieron prórroga y se detuvo por las lluvias de invierno; no pudieron seguir trabajando bien. Avanzaban, pero muy poco, tanto que llegó al punto de quedar cerrado totalmente. Después volvieron a habilitar, pero más adelante, llegando a la quebrada por el kilómetro 82 + 700, se cayó una parte de la banca y quedó un solo carril. Desde Invías, la orden fue cierre total; entonces, apenas dieron esa orden, cerramos la vía del túnel porque ya estábamos cansados; propusimos que se habilitara un solo carril, aunque sea solo el paso de los carros a la vereda”, explicó Juan Diego Ramírez, edil del corregimiento y vicepresidente de la vereda Servitá.

Agregó que se prohibió el paso de carga pesada y que solo podían transitar carros y camperos, y que en ese kilómetro, aunque están en obras, “hay huecos en toda la mitad de la vía; eso solo nos dice que las obras no están quedando bien hechas, que no son bien manejadas”, y la propuesta de la comunidad era hacer un puente llegando a la quebrada.

Según el edil, a la comunidad se le socializó la intención de dinamitar rocas que podían caer sobre la vía, pero la gente se opuso debido a que el terreno es inestable.

En el concejo

El pasado lunes 19 de febrero se presentó en el recinto del Concejo de Villavicencio Carlos Germán Corzo Upegui, director territorial de Invías, y Carlos Vargas, quienes presentaron parte de los avances de las obras que se han adelantado en el K82+700.

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“La complejidad con este punto es que debíamos salvaguardar el único espacio que nos permitía la movilidad en el sector; tuvimos que hacer una restricción de carga y una resolución de cierre para el tema de tráfico pesado. La inquietud en el oficio que nos envían es el tema de la escolaridad y el paso de los buses para el tema escolar. Hay una particularidad, y es que solo se permite el paso máximo de busetones y turbo, porque tuvimos que hacer un tratamiento especial para poder salvaguardar la media calzada que nos quedaba. La complejidad era que existía el riesgo de que se afectara completamente el paso y tuviéramos que cerrarlo al 100%; esto implicó la realización de obras que garantizaran que esa media calzada no se fuera a perder”, dijo el ingeniero Vargas.

Agregó que actualmente se encuentran en la construcción de la cimentación, con un muro de 60 metros de longitud, un vástago de 7 metros y una profundidad variable de 17 a 14 metros de profundidad.

Por otro lado, el director territorial del Invías explicó que las demoras se atribuyen a temas de emergencias climáticas, presupuesto e instabilidad del terreno, ya que este no es el único kilómetro que deben atender del corredor vial.

Respecto al posible uso de la dinamita, la entidad aseguró que, si bien no se estaba utilizando, sí se estaba aplicando indulgel, este es un explosivo con baja sensibilidad al roce y al impacto.

“Son unas actividades controladas, por eso tuvimos que hacer en el K82+ 700 la estabilización que garantiza que eso no vaya a afectar. Ahí tenemos unos dados, los cuales están anclados sobre el talud del terreno más o menos a 16 o 18 metros de profundidad”, indicó Vargas.

“Las respuestas no fueron concluyentes, dijeron que entregarían el 25 de agosto, pero la pregunta es, ¿en qué van a terminar si es que ese punto del 82 + 700 está cediendo? Tratan de colocar uno o dos metros de concreto y al otro día aparecen 100 más de hueco; se les va lo que hacen, el terreno no les deja trabajar”, enfatizó Ramírez.