Puente Amarillo, una visión estudiantil
- Publicado en Sep 13, 2024
- Sección Contenidos especiales, Lo Mas Reciente
Producto de una visita académica a la sede de Periódico del Meta, un grupo de estudiantes del colegio Puente Amarillo fue invitado a escribir un artículo periodístico con la visión que tienen sobre la problemática del peaje ubicado muy cerca de su lugar de estudio. Este fue el resultado.
Por María José Blanco Tinoco*. Grado 7.4 / Especial Periódico del Meta
Desde hace mes y medio, las comunidades de Villavicencio, Restrepo y Cumaral se han movilizado en una lucha que se ha tornado con más fuerza en el peaje de Puente Amarillo o como solía llamarse, “el pontazgo”. Este lugar, siempre usado como control para vehículos en la carretera, se ha transformado en un centro de resistencia popular pacífica.
La controversia inició en torno a un supuesto aumento en la tarifa del peaje, que pasaría de $4.000 a $16.000, dicho aumento sería más que una simple tarifa, ya que en realidad es una carga económica insostenible para nuestras familias, pues de concretarse afectaría el día a día convirtiéndose en una “renta obligada”. La obra de construcción que amplía la caseta encendió la chispa de la protesta, llevando a la comunidad a organizar bloqueos intermitentes que han paralizado el tráfico en la vía principal que conecta con Villavicencio con Restrepo y Cumaral.
El origen de esta situación se remonta a un contrato de concesión firmado en 1994, que los manifestantes argumentan ha caducado.
En medio de la agitación, los estudiantes del Colegio Puente Amarillo también nos hemos hecho sentir. En una reciente entrevista, varios de ellos dejaron en claro que apoyan incondicionalmente la protesta contra el peaje que, de acuerdo a los argumentos, también consideran injusto. La mayoría coincide en que este cobro ya no debería existir; es un abuso y no tiene sentido seguir pagándolo, especialmente después de que el contrato de concesión firmado en 1994 no tiene vigencia.
“Nosotros sentimos que nuestro futuro no puede estar supeditado a decisiones que infrinjan nuestros derechos. No podemos permitir que se nos cobre por algo que ya no tiene validez legal”, comentó uno de los compañeros estudiante del colegio, resaltando la necesidad de que las autoridades respeten los acuerdos establecidos. Además, el representante del colegio fue claro al señalar que “la lucha por nuestros derechos es fundamental; no solo se trata de un peaje, sino de un principio”.
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A pesar de que la mayoría expresó el apoyo a la causa, otro grupo admitió que le gustaría entender mejor las implicaciones legales y económicas de esta situación con el peaje: “es esencial informarnos más sobre cómo este peaje afecta nuestras vidas y nuestras comunidades“, dijo otro compañero, sugiriendo que necesitamos tener discusiones más profundas sobre el tema para entender mejor las implicaciones.
“También queremos destacar el papel activo que estamos desempeñando en esta resistencia. Nuestra vitalidad y energía han sido clave para movilizar a otros en la comunidad. Sentimos que no podemos quedarnos callados ante lo que consideramos injusto; debemos alzar nuestra voz y exigir cambios”, dijeron algunos de los alumnos consultados.
Esta coyuntura ha servido para varios integrantes de la comunidad académica, en especial los alumnos, veamos en esta protesta una oportunidad no solo para cuestionar en este caso un peaje, sino también para empoderarnos como agentes de cambio en una sociedad que nos necesita.
La opinión de los padres es un factor crucial en esta situación, ya que ellos son quienes enfrentan las consecuencias diarias de las protestas. En una reunión reciente, muchos padres expresaron su apoyo a las manifestaciones contra los peajes, reconociendo que es una lucha necesaria para defender los derechos de la comunidad. Sin embargo, también manifestaron su preocupación por cómo estas acciones han afectado la rutina escolar de nosotros, sus hijos.
“Estamos completamente de acuerdo con la protesta, pero también vemos el impacto que tiene en la educación de nuestros niños“, comentó un padre de familia. “Los trancones son terribles; a veces tardamos más de una hora en llevar a nuestros hijos al colegio, y eso afecta su rendimiento y concentración“. Esta preocupación fue unánime entre los asistentes para este ejercicio periodístico, quienes compartieron historias similares sobre las dificultades para llegar a la escuela.
Además, los padres señalaron que las interrupciones en el tráfico no solo dificultan el transporte, sino que también generan estrés en los estudiantes. “Mis hijos llegan cansados y frustrados por el tiempo que pasan en el carro o la ruta escolar. Es difícil concentrarse en clase después de un viaje tan largo“, añadió otra madre.
Ante esta realidad, el colegio ha tenido que adaptarse, lo que ha generado opiniones encontradas entre los padres. Algunos apoyan la decisión de implementar clases virtuales como una solución temporal: “es lo mejor que podían hacer dadas las circunstancias“, dijo un padre. Sin embargo, otros expresan su descontento, argumentando que el aprendizaje en línea no es lo mismo que la enseñanza presencial: “Los niños necesitan socializar y aprender en un ambiente escolar adecuado”.
Nota de la autora:
Como estudiante del colegio Puente Amarillo, siento una profunda empatía por las familias y compañeros de Villavicencio que enfrentan diariamente los problemas causados por los peajes. Aunque yo vivo en Restrepo y no me afecta directamente, entiendo lo difícil que es para ellos llegar a la escuela con los bloqueos y el tráfico. Creo que es importante informarse y apoyar la lucha de quienes protestan, ya que buscan mejorar nuestras condiciones de vida y de paso garantizar el derecho a la educación. Espero que pronto se encuentren soluciones que sean de beneficio para todos.
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