Saber ‘leer’ el problema | Editorial
- Publicado en Abr 28, 2024
- Sección Columnistas
Un contraste de la región, a propósito de la Feria del Libro que se desarrolla en Bogotá por estos días: al tiempo que la delegación del Meta tiene a Carlos Fernández, uno de los escritores más jóvenes del evento (historia que puede encontrar en esta edición impresa), también se revelan los bajos índices de lectura que tiene el departamento, en comparación con otras regiones.
Mientras que el primero además de escribir también aprendió a ilustrar sus libros leyendo, en el segundo caso se revela una dura realidad y un fenómeno que crece en silencio.
Científicamente se ha demostrado que la lectura es una herramienta esencial para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Sin embargo, en nuestro entorno cada vez más digital, la falta de lectura en la infancia se está convirtiendo en un problema creciente con consecuencias a largo plazo.
Con 10 años, Carlos lee cerca de cinco libros al año y sin duda hoy se ven los resultados. Es que la lectura en la infancia no solo mejora las habilidades lingüísticas y de alfabetización, sino que también fomenta el pensamiento crítico y la creatividad. Los niños que no leen regularmente pueden quedarse atrás en estas áreas, lo que puede afectar su rendimiento académico y sus oportunidades futuras.
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La lectura también juega un papel crucial en el desarrollo emocional y social de los niños. Los libros pueden enseñar empatía, ayudar a los niños a entender sus propias emociones y las de los demás, y proporcionar un sentido de pertenencia. Sin esta exposición, los niños pueden tener dificultades para relacionarse con los demás y entender el mundo que les rodea.
Como sociedad, debemos reconocer la importancia de fomentar la lectura desde una edad temprana. Esto implica no solo proporcionar acceso a libros y materiales de lectura, sino también crear un entorno que valore y promueva la lectura.
La falta de lectura en la infancia es un desafío que debemos abordar. Las consecuencias de no hacerlo son demasiado grandes para ignorarlas. Al fomentar el amor por la lectura desde una edad temprana, podemos ayudar a garantizar que nuestros niños tengan las habilidades y la comprensión emocional que necesitan para prosperar en el mundo de hoy.
Sin embargo, eso se da con el ejemplo. Los padres, los educadores y los responsables de la infancia tienen un papel crucial que desempeñar en este aspecto. No podemos esperar que los niños y adolescentes lean si ven a los adultos frente a las pantallas de un celular viendo videos sin ningún filtro ni criterios.
Hay que saber ‘leer’ el problema y fomentar a una generación volver a los libros.
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