Shirley abandonó el pasado para ser líder

La historia de esta mujer refleja la importancia de aprovechar las oportunidades y tener la determinación firme de salir adelante.  

Por Jhon Moreno

Para Shirley Romero y su familia, salir de su finca en Vista Hermosa fue como haberle arrancado un pedazo del alma a cada uno. Eran los años en que la disputa entre grupos armados en el Ariari era intensa y su tierra había quedado en medio del fuego cruzado.

En medio del dolor, les salió la oportunidad de no alejarse del campo y la tierra para cultivar, así que tomaron la oportunidad de administrar una finca en zona rural de Granada: “Un día habíamos salido todos y cuando regresamos estaba todo en llamas. Le prendieron candela a todo y solo quedamos con la ropa que llevábamos puesta. Menos mal mis hijos no estaban ahí porque estaban haciendo una tarea”, recuerda la mujer. 

Con su condición de doble desplazamiento, llegaron a Bogotá sin saber qué hacer. No solo nunca habían vivido en una ciudad sino que debían enfrentarse a una metrópolis agresiva como la capital de la República. Por fortuna, la Unidad de Víctimas les dio un capital semilla con el que montaron un negocio de ensaladas de frutas.

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“El cambio de clima, el frío, una ciudad donde no se conoce a nadie y donde las oportunidades existen pero no para quienes hemos trabajado la tierra siempre. Fue muy duro llegar a Bogotá”  

Duraron dos años en la gran metrópolis, pero la tierra y el cultivo los llamaba. Con la Unidad de Restitución de Tierras se hizo una solicitud para recuperar el predio y no solo pudieron volver sino que los ayudaron con un proyecto productivo.

“Acabamos de criar a nuestros hijos en el campo como queríamos y la Unidad de Restitución nos apoyó con un proyecto de siembra de cacao con sombrío de plátano. Hemos sido una familia con determinación y por eso aquí estamos”, dijo Shirley Romero.

La voluntad de esta mujer, que hoy es una lideresa en la región de la vereda Sardinata de Granada, ha hecho que su finca El Jardín, sea ahora productora de cacao y desde allí se impulse Asesgran, una asociación de mujeres campesinas empoderadas.

Esta agremiación, que reúne a 20 mujeres productoras, gestiona un proyecto de gallinas ponedoras, con apoyo de la Alcaldía de Granada; con la venta de los huevos fortalecen la asociación y piensan en nuevas iniciativas con visión de género.

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“Con la asociación queremos transformar el cacao que estamos produciendo. Resulta que uno saca el grano seco y lo vende a un intermediario que lo paga a bajo costo. Es mejor buscar productos artesanales y darle valor agregado a lo que nosotras mismas producimos”, agrega la líder de Asesgran en donde además de mujeres víctimas hay también discapacitadas visuales y cabeza de hogar.

Agrega que: “las mujeres somos poderosas y no nos debemos quedar en la queja, en el reclamo constante, muchas nos quedamos en el pasado pero lo cierto es que nosotras con voluntad podemos hacer grandes cosas no solo para nosotras sino por nuestras comunidades. Lo importante es tener determinación”, aseguró.

Beneficiadas

Yenny Capote, directora territorial de la Unidad de Restitución de Tierras, dijo a Periódico del Meta que en este departamento el 47% de las sentencias de restitución han beneficiado a mujeres y existen 97 proyectos productivos, de los cuales el 55% está liderado por ellas que decidieron volver al campo.

“Esta mayoría femenina obedece al cúmulo de luchas de mujeres muy valerosas que antecedieron estos procesos y de alguna mujer han dicho al mundo que tenemos unas capacidades mayores a las que culturalmente se nos habían impuesto. La mujer no solo cuida a su familia, sino que emprende proyectos productivos”, dijo la funcionaria. 

Para la directora, la política de la unidad no solo es restituir predios sino que transforma vidas y cosecha reconciliación.

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