Venza los temores sobre el autismo | Salud

Puede aprender algunas técnicas que le permitirán saber si su hijo padece este trastorno que afecta a uno de cada 160 niños en Colombia.

Por María Alexandra Barrera Torres, Psicóloga especialista. /Especial Periódico del Meta

La organización mundial de la salud (OMS), estima que uno de cada 160 niños tiene lo que se denomina Trastorno del Espectro Autista (TEA), sin embargo, en Colombia y en el departamento del Meta no se cuenta con un censo que certifique estas cifras.

El DSM-5 es una clasificación categorial de los trastornos mentales y consiste en ayudar a los profesionales de la salud en el diagnóstico de los pacientes y la valoración de cada caso, que permita elaborar un plan de tratamiento.

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Esta clasificación presenta los criterios diagnósticos del trastorno del espectro autista, uno tiene que ver con los desafíos socio-comunicativos en alteraciones en la interacción y comunicación social (reciprocidad socio-emocional, comunicación no verbal y desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones), y la otra en áreas alteradas en el repertorio restringido de conductas e intereses (conductas repetitivas, intereses restringidos o alteraciones sensoriales).

Si como cuidador, docente, médico, enfermero o red de apoyo familiar tienes las primeras dudas, también te servirá conocer cuáles son las señales de alarma durante el primer año de vida y cómo todos podemos utilizar estas herramientas de pesquisa.

¿Cuáles son las señales de alarma?

Para los padres de familia es importante el avance en cada logro adquirido en sus primeros meses y años de vida, y prestamos atención a cada interacción que se de con los padres y cuidadores. Cada acción es motivo de logro y alegría, sus primeras palabras, el responder a los llamados o requerimientos de sus cuidadores.

Si estas teniendo tus primeras dudas, también te servirá conocer cuáles son las señales de alarma durante el primer año de vida y la forma en que todos podemos utilizar la observación para detectar a un niño en riesgo en un desarrollo atípico de su función socio-comunicativa, esto nos dará la oportunidad de impactar positivamente en el niño.

Que el bebé no responda ni exprese alegría a los seis meses.

Que no realice intercambio de sonidos, sonrisas, gestos faciales a los nueve meses.

Que el bebé no responda a su nombre a los diez meses.

Que el niño no balbucee a los doce meses.

Que el niño no interactúe con los gestos como señalar, alcanzar, mostrar, saludar con la mano a los doce meses.

Que el niño no diga palabra alguna a los dieciséis meses.

Que el niño no diga ninguna frase de dos palabras con sentido (sin imitar o repetir) a los veinticuatro meses.

Que haya una pérdida del lenguaje, del balbuceo o de alguna habilidad social a cualquier edad.

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Es un desafío para las instituciones de salud, secretarías de salud, instituciones educativas, y cuidadores de personas con TEA, el proceso de identificación temprana, instrumentos diagnósticos y herramientas estandarizadas que permitan brindar los apoyos que necesitan las personas con este espectro, que permita mejorar la calidad de vida y la de sus familias.

Aquí la importancia de identificarlos, porque podemos intervenir tempranamente, si contamos con un diagnóstico temprano, podemos intervenir, y si podemos intervenir, dado el potencial neuroplástico del cerebro, tenemos la posibilidad de influenciar positivamente en el diagnostico y en consecuencia la calidad de vida del niño y su familia.

Por eso la importancia de conocer las señales de alarma, prender las antenas con estos signos, por debajo de los dos años de edad, debemos hacer la consulta para solicitar la asesoría en los controles de crecimiento y desarrollo, médico, pediatra, psicólogo, neurólogo y enfermero de nuestra entidad de salud. [email protected]

Teléfono 3014794386

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