Vía al Llano: viaducto del Km 58 aún no le compete a Coviandina

Los comentarios de Coviandina a la ANI, eran unas recomendaciones generales sobre la geometría del puente, la visibilidad de los usuarios al utilizarlo y los riesgos que podían tener cuando utilizaran el puente por la alta pendiente y poca visibilidad.

Por Lina Herrera

A pesar de que el Instituto Nacional de Vías (Invías) aseguró que el viaducto en el Km 58 será entregado en diciembre de este año, respondiendo a la postura de Ricardo Postarini, gerente de Coviandina de no aceptar la obra por tener una pendiente alta a la salida del puente, el tema sobre quién operará la estructura no está definido.

En entrevista con El Tiempo, Alberto Mariño, presidente de Proindesa (sociedad de la que hace parte Coviandina), explicó algunos factores que se deben seguir para que la concesionaria pueda operar la estructura.

Según él, debe cumplirse un procedimiento en donde la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) junto a Coviandina lleguen a un acuerdo firmado, basado en los costos de operación y mantenimiento, además de las responsabilidades y los riesgos en esta obra. Ya que, “mientras esto no exista, no será posible recibirla, ni mucho menos operarla y mantenerla”.

Cabe mencionar que, el ingeniero indicó que el Invías al contratar esos diseños, la construcción y la interventoría, es quien sabe si la obra es correcta y la recibe. Sin embargo, aclaró que en enero del año pasado, Coviandina hizo por solicitud de la ANI comentarios generales sobre la geometría y visibilidad de esta.

“En diciembre del año 2022, el Invías le hizo una presentación del diseño geométrico del viaducto a la ANI, a Coviandina y a la interventoría del contrato de Coviandina. Y con base en esa presentación la vicepresidente ejecutiva de la ANI le pidió a Coviandina que si tenía observaciones se las comunicara. Esas observaciones, sobre todo el tema geométrico y las inquietudes de la concesionaria, se le manifestaron a la ANI en una carta del 4 de enero de 2023, es decir, más o menos un mes después de la presentación. Coviandina nunca recibió ningún tipo de observación, ni aclaración y ni respuesta sobre esa carta” sostuvo Mariño a El Tiempo.

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Sumado a lo anterior, Mariño subrayó que el Invías celebró el contrato de la obra en el 2021, mientras que el contrato de concesión de Coviandina con la ANI es del año 2015, es decir, 6 años atrás, por lo que no comprometería a la concesionaria.

“En ese momento, este viaducto que adelanta el Invías no existía, y si el viaducto no existía y ni siquiera estaba pensado que se diseñara, es absolutamente claro que no forma parte del alcance del contrato de concesión, ni de las obligaciones de operación y de mantenimiento de Coviandina”, explicó.

En este sentido, el Invías debe entregarle el puente a la ANI una vez esté terminado. Posteriormente, si se tiene la intención de que Coviandina esté a cargo de la operación y mantenimiento de este; deberá se manifestado.

“La ANI y Coviandina tendrán que llegar a un acuerdo, sobre todo en los temas de costos de operación y mantenimiento, responsabilidades y riesgo sobre el viaducto, y la ANI tendrá que poner los recursos para las actividades adicionales que deba realizar el concesionario”, agregó Mariño.

Con base en lo anterior, el presidente de Proindesa aclaró que no es que la concesionaria sostenga que “no va a recibir el viaducto”, sino que es competencia de la ANI llegar a un acuerdo con este. Asimismo, indicó que el viaducto no fue contratado por Coviandina, ya que esta no se presentó a la licitación que sacó el Invías para el diseño y construcción del puente.

Es importante aclarar que el ingeniero no tiene conocimiento de los diseños del viaducto, por ende, no puede determinar si son correctos.

“No me atrevo a comentar los diseños, no los conozco, sencillamente entiendo que las observaciones que se hicieron iban en ese sentido; habrá que ver el puente terminado y cómo es la señalización y cómo se previó que iba a operar”.

En defensa de la obra, Juan Carlos Montenegro, director general de Invías, expuso que el viaducto “tiene una pendiente del 10% que es una máxima definida dentro de los diseños de estructuras de puentes” de la entidad, y permite la interacción de los vehículos con la zona urbana y comercial de Guayabetal, siempre y cuando se tenga la velocidad máxima de 40 kms/hora.