Yilberth, el ‘showman’ en la cocina llanera

El chef dice que está logrando que la gastronomía sea la telonera de los grandes conciertos y disfruta poder transmitir lo que sabe a miles de personas.

Por Melissa Céspedes / Especial Periódico del Meta

Yilberth Fierro, nació en Restrepo hace 28 años. Y aunque no fue criado en cuna de oro, sí tuvo la fortuna de crecer entre familias llaneras de sabana, río y montaña; de niño ayudó a sembrar cultivos de plátano, yuca, café y cañaveral.

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De manos de sus abuelas conoció el arte culinario. Sin embargo, el interés por la cocina lo empezó a desarrollar luego de verse enfrentado a una realidad cruel para un joven de 14 años que tomó la decisión de salir de su casa: “te dedicabas a la rusa (albañilería) donde te contratan en cualquier momento a descargar camiones o ayudabas en una cocina a lavar y hacer lo que los demás no querían como raspar pegados, limpiar grasa y me gustó más esa parte de la vida, me empecé enamorar de la cocina”, expresa Fierro.

Lleva una década en el mundo de la gastronomía y logró vincular el espectáculo con la preparación de comida en vivo. Durante su recorrido profesional inició el ciclo de emprendimiento haciendo tintos y bebidas calientes en el centro de Villavicencio, a lo largo de 8 meses, su negocio le permitió ganar experiencia en el comercio local, generar una identidad entre las personas y reconocer que el cliente compra por la confianza que le da un producto o un servicio.

Y como dice el refrán “burro amarrao, leña segura”, pues desde ahí, se creó la idea de hacer un homenaje a la cultura llanera con eventos que permiten apreciar su proceso culinario. Su seudónimo ‘El cocinero criollo’, hace referencia a su sazón en la cocina.

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“La gente me decía, usted cocina muy criollo, pues básicamente son cocciones en humo y mucho guiso, tomar muy en cuenta cómo cocinaban las abuelas, tenemos la tradición que ya existe pero también tenemos la oportunidad de seguir creando tradición”, sostiene Yilberth.

Sus muestras gastronómicas son una oportunidad para enfrentar grandes retos, cocinar para 300 personas puede ser complejo, pero es una aventura que él decide tomar como un show para los espectadores: “cocinar en vivo, acompañado de cultura, baile, música, se hacía muy entretenido. Digamos que funciona otra profesión que he desarrollado de forma empírica, la presentación y animación de eventos crea un show gastronómico que ha funcionado muy bien, al final, lo bueno es que toda la gente puede comer”.

Ser una persona fiel a sus raíces ha hecho que Yilberth con su labor se traslade por distintas regiones de Colombia: “viajando he recogido bonitas experiencias, conocer como han venido creciendo muchas generaciones de indígenas a nivel cultural  y ver otras comunidades, la selva colombiana ha sido el lugar más impactante que he recorrido y aún  hay mucho por descubrir”.

En su tiempo libre sigue enfocado en conservar sus tradiciones de una manera más arriesgada, por medio de aventuras; se encamina a vivir los deportes extremos en los Llanos Orientales, con una sonrisa enorme, él enmarca las sensaciones que ha experimentado durante sus hazañas y asegura qué: “poder lanzarse de un parapente, hacer rappel, canotaje y senderismo, es una cosa espectacular. Acompañar eso con la gastronomía es interesante, viajar para conocer y comer, no tiene precio”.

Yilberth se considera una persona divertida y social, pero también una persona psicorrígida en su trabajo, toma cada detalle en serio, para transmitir una experiencia diferente en cada bocado, hacer que las personas recuerden su niñez por medio del gusto.

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Su inspiración para cocinar emerge de sus cuatro hijos y explica que es sensacional brindar amor por medio de la comida “cocinarles a esas personas pequeñitas que uno ama y que han nacido del amor que uno tiene es la base todo”.

Este chef llanero ha trascendido la gastronomía tradicional a un espectáculo culinario, con esfuerzo ha recorrido un camino al éxito y reconocimiento, creado su sello personal dentro de la historia del llano y finalmente muy orgulloso de su trabajo manifiesta que “con muchas aspiraciones en la vida, pero feliz del camino que se ha recorrido hasta el momento, de poder rescatar comida llanera ha sido parte de mis objetivos”.