A repensar el turismo | Editorial
- Publicado en Mar 03, 2024
- Sección Columnistas, Lo Mas Reciente
Unas de cal y otras de arena. Hace una semana celebrábamos la posibilidad de que el Meta y su biodiversidad puedan ser vistos, con la realización de la COP16, para atraer recursos y salvaguardar la vida de la Orinoquia, reforzándonos como un destino ecoturístico. Sin embargo, en esta ocasión, el tema de la competitividad nos vuelve a dejar con los pies en la tierra.
Esta semana se conoció la octava medición del Índice de Competitividad Turística Regional de Colombia (Ictrc), que elaboraron (Cotelco) y la Fundación Universitaria Cafam (Unicafam), en la que realmente al Meta no le va nada bien. Como se menciona en la presente edición, nuestro departamento ocupa el puesto 18 entre 33 regiones, con una puntuación de 4.93, lejos del 7.00 que obtuvo Bogotá, que es primera.
En el momento en que todas las regiones se vuelcan a la Feria Turística de Anato, Meta aparece como un territorio con una enorme riqueza sin explotar y a la espera de que haya una articulación entre Gobernación, alcaldías y empresa privada para salir a posicionarnos realmente como destino.
De nada nos sirve reportar el creciente número de vehículos que transitan los puentes festivos por las vías del departamento; sentirnos satisfechos de ver los restaurantes llenos un fin de semana; saber que tenemos un cañón Güejar hermoso y unas llanuras sin par, si en términos de competitividad no hay avances significativos.
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Al igual que el índice de Competitividad por Regiones, donde también aparecemos muy relegados, y en el que se miden niveles de educación, acceso a salud, transparencia de instituciones; en este ranking turístico califican al Meta por la realización de eventos nacionales o internacionales, por el mercadeo que se hace a los destinos, y la sostenibilidad de los mismos, entre otras. En algunos de esos ítem ni siquiera alcanzamos a puntuar, tenemos cero en la calificación.
Nos superan lugares como San Andrés, que fue devastada por el huracán Iota hace menos de cuatro años, o el Cauca, asediado por los grupos armados y un orden público complejo, que subieron cinco posiciones en el último año, demostrando “la gestión realizada por las entidades territoriales a favor de la actividad turística”, asegura el propio estudio.
¿Qué pasa con el Meta? Los millonarios recursos que cada año se destinan para realizar eventos locales folclóricos, conciertos gratuitos en los municipios, talleres de formación, capacitaciones e incluso obras de infraestructura, no están siendo suficientes para ser competitivos en un sector en el que los servicios de calidad y la diversificación son claves.
Si no nos repensamos, nos deja el tren y no propiamente el de la Altillanura.
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