Apoyo a la policía | Editorial

Cada vez más la ciudadanía exige resultados contundentes en materia de seguridad. Se esperan continuos y masivos golpes a las estructuras criminales que se especializan y optimizan sus formas de amenazar al país.

La Policía debe pensar en diversas estrategias porque una cosa es enfrentarse al Eln en Tibú, otra contra el Clan del Golfo, en Montería, y distinta perseguir a la banda de atracadores en Villavicencio. Todas, igualmente peligrosas que afectan la tranquilidad de las personas. 

Sin embargo, la Policía se enfrenta a otro enemigo que es su propia imagen. Esta semana se conoció el caso del relevo de un comandante de la Policía de Sucre, en medio de una investigación por el asesinato de tres jóvenes, en medio de señalamientos de ‘falsos positivos’ contra la institución. El hecho se da luego de que un policía fuera asesinado por sicarios que participan del plan pistola y buscaban a los criminales.

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Aunque la imagen de la policía ha caído, de acuerdo con las encuestas de favorabilidad, los ciudadanos se sienten más protegidos si tuvieran un policía cerca a su casa, concluye el mismo sondeo.

Sin embargo, es matemáticamente imposible porque de hecho siempre se ha tenido un déficit de unidades, sumado a que los casos que atienden en las calles muchas veces tienen que ver con cultura ciudadana que verdaderas amenazas contra la seguridad.

Nos referimos a que un patrullero, no debería estar pendiente de que un vecino le baje el volumen a su equipo de sonido o de que un bar cierre a la hora que es, sino de planear estrategias que permitan combatir las estructuras de la delincuencia.

Hay acciones que son requisitos básicos para una mínima convivencia que la misma ciudadanía debería tener en cuenta, pues con cada policía que se llama para trivialidades, se seguramente ocupamos el tiempo de un servidor que podría estar evitando un delito mayor.

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Es una manera de darle la mano a una institución, que como en los tiempos de Pablo Escobar, se enfrenta a un plan continuado de asesinar policías en todo el país a sangre fría. 

Justamente, en honor a los policías que han asesinado con vileza, se han desarrollado actividades en diversos lugares del Meta y los ciudadanos deberíamos manifestar nuestra solidaridad con los agentes y sus familias, debido a que con sus errores y fallas, la Institución se maneja dentro de unos principios legales que garantizan orden.

Ayudar a los policías es fácil, basta con que cada quien sea consciente de sus actos y evite llamar al CAI, o a la línea 123 por cualquier cosa y cuando vea uno en la calle respételo tanto como a usted le gustaría que lo trataran.