‘Calamardo’, Turris, ‘Coco’: historias que se repiten en la delincuencia
- Publicado en Ene 06, 2022
- Sección Villavicencio
“La gente le teme
porque es de cuidado
Pa’ meterle mano
hay que ser un bravo…”
Así describe en una canción el salsero Héctor Lavoe a Juanito Alimaña, uno de esos delincuentes de barrio que a punta de robos y asaltos va subiendo en la escala de los criminales de cuidado. El pasado lunes, en Villavicencio, cayó muerto a balazos uno de esos ‘Juanitos Alimañas’ que abundan en la ciudad y que siempre heredan un ciclo violento a otro; a este le llamaban ‘Calamardo’ y se había convirtiendo en un dolor de cabeza para las autoridades de Policía.
Con apenas 20 años y desde el 2016, le figuraban 22 registros en el sistema penal oral acusatorio, de acuerdo a los archivos de la Sijín. Eso significa que cuando tenía 15 años ya conocía de arriba a abajo las calles de Brisas del Guatiquía, donde creció, y estaba dispuesto a liarse a puñaladas con quien fuera para que “no se le cayera la vuelta” del día.
Jorge*, un habitante de Brisas que dice haberlo conocido asegura que fue amigo de Jhorman Fernando Montealegre Gamboa, alias ‘Turris’, uno de los delincuentes más peligrosos de Villavicencio, capturado justamente en el 2016, cuando ‘Calamardo’ empezaba a delinquir.
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Empecemos por el principio, ‘Calamardo’ era en realidad William Alexander Rodríguez Romero, el delincuente que con detención domiciliaria intentó hacerse un atraco más el lunes pasado, con la mala fortuna para él que sus víctimas eran agentes de la Sijín quienes lo recibieron a tiros.
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Durante el procedimiento los uniformados incautaron un arma de fuego tipo revólver, una motocicleta en la que al parecer se movilizaba «Calamardo», la cual tenía su placa totalmente tapada para evitar su identificación y dos personas más que fueron detenidas unas cuadras más adelante por su presunta participación en esta conducta punible.
“Él era otro de los vagos del barrio. Usted sabe que quien se enfrenta a balazos con los policías es que es muy bravo y desde que era un niño sabían que iba a ser malo porque se juntaba con ‘Turris’ y dicen que ya de grande le hacía vueltas al Diablo, que desde el 2004 había llegado al barrio para ser capo”, dice Jorge, el vecino del sector de Brisas.
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Apenas era 3 de enero de 2022 y Calamardo ya tenía una anotación por hurto; en el 2021 había tenido siete reportes y en el 2020, por pandemia y confinamiento, solo tres. Sus delitos iban desde robos simples y amenazas, pasando por costreñimiento (intentó sobornar a los policías que lo capturaban) hasta el tráfico y porte de armas y extorsiones.
Con 20 años, Rodríguez Romero era un hombre de cuidado e iba rumbo a ser otro ‘Coco’, uno de los capos delincuenciales más peligrosos que ha habitado Brisas del Guatiquía y que murió a manos de sicarios en La Tebaida (Quindío), en el 2009.
En noviembre pasado, Calamardo fue capturado por robar un celular, pero un juez dijo que podía tener detención domiciliaria, lo cual fue aprovechado por Calamardo para salir a robar, lo único que aprendió a hacer en las calles.
“Esta es una historia que se repite cada cierto tiempo aquí en el barrio y en todo Villavicencio. La única pregunta es cuál será el próximo ‘Calamardo’, el próximo ‘Turris’ o el próximo niño que va a heredar la maldad de esos ejemplos con los que crecen”, dice Jorge.
A ‘Calamardo’ le pasó como a ‘Pedro Navajas’ de Rubén Blades: “Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió. No hubo curiosos, ni hubo preguntas, ni nadie habló…”
*El nombre fue cambiado por petición de él mismo.
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