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‘Los cantos para el llanero son una forma de ver la vida’


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Redacción PDM

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‘Los cantos para el llanero son una forma de ver la vida’

Critica a quienes se autoproclaman portadores de los cantos, sin haber vivido las experiencias del trabajo en la sabana, pero admite que nuevas generaciones deben aprenderlos.

 

Por Inelda Rodríguez y Jhon Moreno Correa

“Vive Cabuyaro, ciudad
ribereña, de ardientes
llanuras y radiante
Sol, tierra majestuosa
de luna y estrellas,
es mi Cabuyaro donde
vive Dios”.

El Sol se posaba alto en el cielo. Era un día típico de esos que describe el coro del himno de Cabuyaro, cuando un hombre, de mirada profunda, se levanta de la silla orgulloso alzándose el sombrero llanero, cuando el presentador nombró los cantos de llano.  Su bayetón tercia’o al hombro izquierdo, de color rojo intenso, brillaba con los rayos solares de ese mediodía.

Se trataba de Salomón Pérez Sandoval, uno de los pocos portadores de cantos de trabajo de llano que hay Cabuyaro. Amante de las cosas del llano, vistiendo pantalón remangado y cotizas, es enfático al decir que “para ser portador de cantos de llano se debe tener de 60 años en adelante y contar vivencias”.

Aunque es Oriundo de Trinidad (Casanare), Salomón conoce Cabuyaro como la palma de su mano y hoy en día es reconocido como uno de los tres portadores de cantos que tiene este municipio.  

Desde los 16 años estuvo trabajando en los hatos, así fue como aprendió la labor dura en las llanuras, “porque uno desde los 6 años ya anda en la sabana, porque le aprende a los papás, a los hermanos y a los tíos; en esa época se respetaban las personas mayores y uno se dejaba enseñar”, precisó Salomón.

“Los cantos de trabajo de llano son las tonadas que se hacen en las faenas cuando usted trabaja en un fundo o un hato, cuando se va del del hato o arriando ganado por decir algo de Casanare a Villavicencio, todo eso lo va aprendiendo. Y esas son las costumbres que un llanero debe tener”, señaló Pérez, portador de cantos de trabajo de llano.

Este hombre criollo de sepa, resignado describe cómo han cambiado las costumbres y, con ellas, los cantos del hombre llanero que resonaban en esta región. Desde que se hicieron las carreteras, desde ese momento se acabó el trabajo como tal de arreo. Antes, arreábamos el ganado desde Arauca hasta Villavicencio, ahora son camiones, por la economía y porque el ganado se maltrata menos”.

Aún con la modernización, si los padres no continúan estas costumbres enseñándole a los hijos, probablemente se espere un futuro donde, por ejemplo, los cantos de llano hagan parte de la historia llanera:los cantos de trabajo de llano no son solo canciones, son una forma de vida, una herencia que incluye las costumbres, las faenas y el respeto por el llano. Hoy en día, cualquiera se proclama portador sin haber vivido ni una sola de estas experiencias. No saben aperar un caballo, no saben cómo se mata una res, ni entienden el verdadero significado de estas tradiciones”, cuestiona Salomón.

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Durante su vida, se ha dedicado a trabajar en la sabana llevando sus costumbres y consciente de la importancia de transmitir este conocimiento a las nuevas generaciones, compartió con voz firme como se puede preservar la tradición llanera, enseñar a los niños los cantos y las labores del llano.

Si yo le hablo de un cabresto de cerda, es porque lo sé hacer, si le hablo de una campechana, la sé hacer, la parihuela que es la carretilla de los llanos hace 40 o 50 años, la sé hacer. Se hace con cuatro palitos y el cuero de la res. Debemos enseñarles a los niños cómo es el ordeño, cuáles son los cantos de vela, cuáles son los cantos de ordeño, los cantos de cabrestero, los silbos domésticos, es para llamar las gallinas, los marranos, los perros. Si no lo hacemos, estas costumbres desaparecerán“, puntualizó el representante de la cultura llanera.

Añade que entre tantas costumbres, una de ellas que ya está pasando a ser parte de la historia, son los cantos de angelito y también los de San Pascual Bailón, que se hacía para celebrar un milagro, prometiendo una novena o un baile a San Pascual.

“Los dueños de fundo o hatos, le hacían promesas de baile a San Pascual Bailón para tener una producción de ganado buena y le cuidaran sus animales, tanto bestia como ganado, ellos tenían esa creencia de que había buena producción por el santo del llano de San Pascual Bailón”, recuerda Salomón.

El mensaje es claro, la cultura llanera debe rescatarse y preservarse enseñándole a los pequeños, para mantener viva la esencia del llano.


RP
Redacción PDM

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