Trabajar y menstruar: una tortura mensual en Villavicencio

- Publicado en Mar 29, 2025
- Sección Villavicencio, Lo Mas Reciente
“Me llegó el periodo de manera imprevista, trabajaba en un local de un centro comercial, así que tuve que usar uno de los baños públicos; no tenía acceso a toallas higiénicas, tuve que hallar la manera de comprarlas, el cubículo sanitario era pequeño e incómodo, un poco manchada y con cólicos fuertes, regresé a mi jornada laboral”, María*, 26 años.
Por Lina Herrera
La decisión del Ministerio de Minas y Energía que da vía a una licencia para que sus funcionarias puedan hacer teletrabajo durante tres días del mes, en los que presenten síntomas incapacitantes por su periodo, continúa expandiendo el debate sobre qué tan cómodos son los espacios laborales al momento de menstruar.
De acuerdo con la estadística ‘Menstruación en Colombia’, coordinada por el Dane, entre mayo del 2021 y mayo del 2022, con un 17,5%, Villavicencio fue la segunda ciudad en la que las mujeres reportaron con mayor frecuencia tener que interrumpir sus actividades diarias por su periodo menstrual. Ubicándose después de Armenia (18,6%) y antes de Ibagué (16,2%).
Adicionalmente, la capital del Meta superó el porcentaje general que registró un 8,1%.
De acuerdo con el Dane, en Colombia, la mayoría de las mujeres que interrumpieron sus actividades diarias por su menstruación, lo hicieron por síntomas físicos asociados, como dolor de estómago, espalda, cabeza o malestar general (86,0%) y el 7,6% por falta de baños cercanos, privados o limpios para cambiarse.
En esta última, Villavicencio registró el 6,5%, además del 17,8% de mujeres que tuvo dificultades económicas para adquirir los elementos necesarios para atender su periodo menstrual. Superando nuevamente el porcentaje general (15,1%).
En busca de experiencias recientes que demuestren que tres años después de estos datos, el panorama puede no haber cambiado positivamente, Periódico del Meta dialogó con diferentes mujeres que trabajan en Villavicencio.
Según los testimonios recogidos, se puede observar que si bien en las grandes empresas o instituciones, es común el acceso a infraestructuras cómodas para cambiarse la toalla, tampón o copa menstrual, en las oficinas y locales medianos y pequeños, la incomodidad reina.
“He tenido diferentes trabajos, en todos ha habido baño, pero en la mayoría no ha sido cómodo. En algunos el baño es compartido con hombres, en otros es el mismo que usan los clientes, entonces es realmente incomodo. Hay otros que, por ejemplo, no tienen jabón para asearse bien las manos y eso implica buscar otras formas de asearse”, expuso una joven de 24 años que usa toallas higiénicas.
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Aunque la copa menstrual es una opción sostenible y cómoda, el usarla en medio de la jornada laboral, no es satisfactorio para las mujeres que trabajan en condiciones poco dignas para menstruar.
“Hay un solo baño para toda la oficina, clientes, repartidores y quien pidiera permiso de usarlo. Es feo, guardan allí los implementos de aseo: escoba, trapero, recogedor…ni siquiera tiene bizcocho el inodoro, a veces se encuentra con orina salpicada. Se acaba el jabón y no compran, no tenía como desinfectar la copa menstrual, ni siquiera una cocina para hervir agua y lavarla antes de usarla”, comentó otra villavicense.
Dato: en el Plan Nacional de Desarrollo 2022 – 2026, el Ministerio de Salud creó la Estrategia Intersectorial para la Salud y Cuidado Menstrual 2023-2031, normativa que resalta la importancia de implementar condiciones para vivir la menstruación con dignidad. Entre las propuestas se encuentran la habilitación de baños equipados con insumos esenciales, el acceso a productos menstruales y la adopción de políticas que contemplen permisos en casos de malestar severo. Además, el documento subraya la necesidad de campañas de sensibilización para erradicar estigmas y la inclusión de la salud menstrual en los programas de bienestar empresarial.
Menstruación cómoda, una tarea pendiente de la administración municipal
El escenario de la menstruación es peor para quienes trabajan de manera informal en las calles y no tienen instalaciones fijas para cambiar elementos como la toalla higiénica o el tampón. Hasta este año, Villavicencio se prepara para tener baños públicos en cuatro puntos de la ciudad: la Plazoleta de las Flores y la Plazoleta de los Artesanos, además del cerro El Redentor y la cancha sintética del barrio Siete de Agosto. Sin embargo, en su anuncio no se especifica que tan cómodos serán a la hora de menstruar.
“Se instalaron en Cristo Rey. También se están tratando de llevar baños a los complejos deportivos, pensando no solamente en la menstruación sino en poder llevar una vida más saludable. Desde la secretaría de la Mujer, cuando se hacen las prevenciones de Violencias Basadas en Género se toca el aspecto de que las adecuaciones, como en la Unimeta que tiene sala de lactancia, se va más allá”, respondió a PDM Luisa Leyton, secretaria de la Mujer de Villavicencio.
Para Luz Marina Araque, activista y directora de la Asociación Colombiana de Endometriosis e Infertilidad, las Alcaldías deberían implementar medidas que permitan a todas las mujeres, incluidas las que laboran informalmente, manejar su menstruación de una forma más digna y cómoda.
“Para esto hay varias cosas que pueden tener en cuenta, como que haya acceso gratuito a productos para gestionar la menstruación en espacios públicos; como baños municipales y centros comunitarios (…) También que los baños públicos estén instalados cerca de donde se concentra el trabajo informal y pudieran tener por lo menos, ese espacio seguro y limpio para gestionar la menstruación quienes trabajan informalmente”.
Promover programas de educación menstrual es algo clave, según indicó Araque, ya que permiten ver lo que es o no es normal en el ciclo biológico, además de romper tabúes asociados a la menstruación.
“Además de enseñar diferentes recursos y prácticas para llevar una menstruación saludable, digna y adecuada”, puntualizó la activista.
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