Doce de Octubre: el barrio que es ‘solo fachada’

Desde mayo de este año, el invierno advirtió sobre el riesgo de siete viviendas al borde de un abismo sobre la antigua vía Bogotá-Villavicencio. Familias esperan ser reubicadas y las entidades municipales parecen de la ‘vista gorda’ ante la situación. 

Por Luissa Fernanda Pérez 

La fachada de las casas ubicadas sobre la avenida 44 del barrio Doce de Octubre, en Villavicencio, dan cuenta de un aparente lugar seguro, de hecho, en ellas actualmente hay familias habitando e incluso, operan establecimientos comerciales. 

Sin embargo, detrás de esas fachadas se esconde una realidad de la que poco se habla: viviendas al borde de un caño en inminente riesgo de desplomarse, luego de que la socavación de la tierra deteriorara el terreno que hoy están al borde de un abismo. 

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Según los habitantes del sector, la problemática se remonta a más de tres décadas atrás, cuando la estabilidad del suelo empezó a ceder y, poco a poco, las casas han ido cayéndose. 

Desde hace 27 años, María Betancourt, residente en una de las viviendas afectadas, indicó que ninguna administración municipal ha podido solucionar el inconveniente que los aqueja: “al alcalde uno le escribe, se dirige hasta las oficinas, se le hace saber el problema, se le pide el favor de que venga hasta aquí y jamás hemos recibido respuesta”.

“Las casas ya no cuentan con patio porque el suelo erosionó, una de ellas fue desalojada porque ya no queda más que la pared de la fachada, a siete metros de la avenida principal. Aquí dormimos con el enemigo al lado”, agregó María. 

La situación es tan crítica que ha provocado emergencias que ponen en riesgo la vida de los habitantes. Justo para el mes de abril de este año, un hombre perdió la vida luego de caer al abismo de 40 metros, cuando se encontraba compartiendo un almuerzo con sus compañeros de trabajo, de acuerdo con lo informado por la misma comunidad. 

Los vecinos del sector confirmaron que son varias las solicitudes que han adelantado ante las entidades correspondientes, en la búsqueda de una solución pronta.  

Aunque han sido visitados por la oficina de Gestión de Riesgo del municipio, la Corporación Ambiental Cormacarena y a la Policía Ambiental, quienes hacen firmar actas de seguimiento, la comunidad afirma que no se ha hecho mayor gestión al respecto. 

Prevén una remoción en masa inminente 

Jorge Díaz, director seccional Meta de la Defensa Civil, explicó a Periódico del Meta, que anteriormente no estaba tan erosionada la tierra y que “últimamente el fenómeno está más latente por las lluvias, el cauce de Caño Parrado cruza y en esta zona, donde están ubicadas las casas, hay una curva en la que llega con más fuerza el agua y termina por desestabilizar el terreno”. 

Por si fuera poco, otro agravante de la situación actual en esta área de la ciudad, tiene que ver con el paso de vehículos pesados que, al transitar por la vía, incrementan el riesgo de desestabilización que hay en las viviendas.

Díaz, señaló que el fenómeno presente en este punto es conocido como remoción de masas o deslizamientos, por lo tanto, son suelos inestables. “El diagnóstico son siete viviendas que se encuentran en zona de alto riesgo que cada año se ven más afectadas por la temporada de lluvias”, sostuvo el director. 

También agregó que se han adelantado jornadas de prevención con los habitantes para que conozcan las rutas de evacuación, por medio de un sistema de alerta temprana. “Hemos capacitado a estas familias, brindando charlas de emergencia preventiva que apunta a salvaguardar la vida de la gente”, y señaló que: “el traslado de estas familias le compete a la administración municipal”. 

Periódico del Meta intentó comunicarse por todos los medios con la oficina de Gestión de Riesgo para conocer qué soluciones contemplan para el traslado de las familias, pero hasta el cierre de esta edición no había sido posible su respuesta. 

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Los habitantes sostienen que Gestión del Riesgo solo les ha planteado, en algunas oportunidades, desalojar las viviendas, sin embargo, ellos esperan que la administración Municipal pueda presentar una solución pronta y positiva para ellos. 

Lo cierto es que, para octubre, se prevé una fuerte temporada de lluvias que amenaza con seguir erosionando el suelo de estas viviendas. Actualmente, de las siete casas, cinco están habitadas, el resto de familias no tienen los medios económicos para trasladarse a otro lugar, ya que su vivienda es lo único que tienen. 

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