Meta es el principal productor de maíz transgénico en el país

El departamento del Meta se convirtió en el nuevo líder en producción de maíz transgénico, superando así a otros grandes productores como el Tolima.

Según cifras entregadas por el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, el departamento sembró 52.134 hectáreas en 2021, lo que equivale al 37% de la producción nacional de maíz transgénico.

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En general, Colombia sembró un total de 150.000 hectáreas de cultivos transgénicos durante 2021, correspondientes a 142.975  hectáreas de maíz genéticamente modificado (GM); 7.448 de algodón GM y 12 hectáreas de flores azules (ICA).

En número de hectáreas (ha) de maíz GM, el nuevo líder es el Meta con 52.134 sembradas, seguido del Tolima con 36.825 ha; Córdoba con 16.863 ha; Valle del Cauca con 13,551 ha y el Cesar con 6.118 ha.

A pesar de las dificultades económicas que ha traído la pandemia para los productores nacionales, los agricultores de maíz siguen en la lucha por aumentar la producción interna del cereal, clave para la industria pecuaria y de alimentos procesados.

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“Es evidente que la aceptación de las semillas transgénicas en Colombia va en aumento y las cifras de adopción de esta tecnología lo demuestran; esto es así porque funcionan. La innovación en cultivos es y será la herramienta clave para enfrentar los desafíos de la agricultura”, mencionó María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva de Agro-Bio, la Asociación de Biotecnología vegetal agrícola para la región Andina. 

En la actualidad, el 92% del maíz transgénico que se siembra en Colombia tiene  las características tanto de resistencia a insectos como de tolerancia a algunos herbicidas, lo que le permite a la planta repeler tres de las cinco principales plagas del maíz y soportar los herbicidas utilizados para el control de malezas, todo esto sin sacrificar la calidad del producto ni el rendimiento por hectárea. 

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Este aumento del 31% en el maíz da cuenta de una demanda creciente por el grano nacional debido a la dramática subida del maíz importado que trajo la crisis de contenedores ocasionada por la pandemia, situación que aumentó la competitividad del maíz nacional. Al mismo tiempo, cada vez más agricultores toman la decisión de usar semilla transgénica en sus siembras para evitar pérdidas y reducir los costos de producción por hectárea, obteniendo así mayores rendimientos para mayor competitividad. 

Llamado a proteger la tecnología

La tecnología de los cultivos transgénicos ha probado ser exitosa en el país. Sólo en 15 años, el maíz genéticamente modificado obtuvo un 17% más de rendimiento sobre el convencional y el algodón un 30% más, lo que se traduce en más grano y fibra sin necesidad de aumentar la frontera agrícola, según datos de un estudio publicado en 2020 en la revista científica GM Crops & Food.

Sin embargo, la tecnología de resistencia a insectos —preferida por los agricultores– puede perder su efectividad si no se utilizan buenas prácticas agrícolas. “Es primordial que los agricultores no olviden sembrar el refugio, que es una porción del  lote con semilla que no contiene la característica de resistencia a insectos. Ese refugio va a permitir que se mantengan poblaciones de insectos susceptibles en campo y que no surjan insectos resistentes a la tecnología. Si eso pasa, la tecnología pierde su efectividad y los agricultores no van a poder percibir más los beneficios de esta”, mencionó Uscátegui.

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Dentro de las buenas prácticas también se invita a los agricultores a preparar el terreno antes de la cosecha, a sembrar con semilla de calidad autorizada por el ICA y a rotar los cultivos, de manera que se rompan los ciclos  de plagas y se promueva la protección  del suelo. 

Se espera que para 2022 las cifras sean aún mayores dada la dramática subida del grano importado, situación que convierte al maíz nacional en la mejor opción por su precio.