Semana de enseñanzas | Editorial

Esta fue una semana intensa y clave para varios asuntos del país, pero que individualmente nos debería enseñar sobre esa polarización que hasta hace unos días se respiraba en cada rincón.

Lo primero es que estos últimos meses hemos sido testigos del nivel de tensión que generan los líderes políticos de Colombia con sus declaraciones, sus publicaciones en redes sociales o la manera de comportarse públicamente. Es un hecho que los digan o hagan tiene un efecto inmediato en la sociedad.

Por la forma en que ganó Gustavo Petro la elección presidencial y sus actuaciones posteriores, así como los encuentros que ha tenido con sus principales contradictores, se ha notado en diferentes escenarios el desescalamiento de la violencia verbal, gráfica e incluso de acciones, mantenidas desde el inicio de la campaña política.

Lea también: ¿Cuál Petro gobernará? | Editorial

Las fotos de los abrazos y los estrechones de manos de Petro con Rodolfo Hernández, con el expresidente Álvaro Uribe y el recalcitrante Germán Vargas, tuvieron un impacto directo en bajar la polarización en las redes sociales y las conversaciones de calle.

La virulencia de las campañas terminó de un momento a otro y los defensores a ultranza de estos políticos han tenido que bajar también la intensidad y darse cuenta de que “idolatrar” políticos es una sandez, en la que siempre perderá el país.

También es un llamado a los medios de comunicación, grandes y pequeños a que nunca es bueno tomar partido, pues sin duda contribuimos a esa división interna de la sociedad. En eso, en el Meta algunos han copiado mal el ejemplo de periodistas y medios nacionales, quienes sin el mínimo de vergüenza informan con marcados sesgos.  

Puede interesarle: Queda año y medio | Editorial

Más allá de si los encuentros del presidente electo con sus críticos solo se hicieron para la foto, si hay agendas ocultas o si en unos meses se le acaba la luna de miel a Petro con ellos, los colombianos debemos comprender que ninguna campaña política justifica pelear con amigos, familiares o con nadie. Se avecina otra temporada hacia las elecciones locales el próximo año, que esperamos no tenga esa malignidad que nos ofrecieron desde las candidaturas nacionales. 

Así, la presentación del Informe Final de la Comisión de la Verdad, el otro hecho histórico de esta semana, debería enseñarnos cómo fue que nacieron las manifestaciones violentas en el país, muchas de ellas originadas en esos peligrosos fanatismos hacia una ideología o una persona, que terminaron derramando sangre inocente de miles.

El documento, que ya fue criticado por muchos sin siquiera haber leído una hoja, merece la oportunidad de ser debatido y darle el beneficio de la duda. 

Entérese de toda la información a través del Fan Page de Periódico del Meta