Superar las trampas de la pobreza

Por Santiago Martínez, Máster en Derechos Fundamentales. Estudios Doctorales en Derecho. Especial Periódico del Meta.

En un análisis publicado el mes pasado expresé la importancia del efecto amortiguador que tienen las ayudas gubernamentales para paliar la crisis generada por los confinamientos. Importantes, pero no suficientes para compensar las pérdidas de ingresos y la caída en pobreza de miles de colombianos/as. Los datos son abrumadores y podemos caer en la desesperanza luego de las cifras alarmantes que arrojó el DANE. No obstante, frente a la pregunta de cómo recuperar lo perdido, podemos empezar precisando cómo utilizar mejor las ayudas gubernamentales y hacia dónde dirigirlas.

Sin embargo, una forma para hacer más eficiente las ayudas es utilizarlas para que la gente salga de la “trampa de la pobreza” que, según los premios nobel de economía, Esther Duflo y  Abhijit V. Banderjee, es “un mecanismo auto mantenido que provoca que la pobreza persista”. Se cae en esta trampa cuando una persona carece de los mecanismos necesarios para aumentar su nivel de ingreso y traslada esta situación a su descendencia. Una familia estará en esta situación si al no poder atender todas sus necesidades determina, por ejemplo, no enviar a sus hijos a la escuela para que “trabajen” y traigan ingresos al hogar, disminuyendo las posibilidades de desarrollo de capacidades que luego les permitirían acceder a mejores empleos, perpetuando de esa manera la situación de pobreza.

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Los hallazgos de Duflo y Banderjee desde 2003 en el Laboratorio de Acción de la Pobreza (Poverty Action Lab), muestran la importancia de atender la relación que puede existir entre pobreza y tres ámbitos distintos: Alimentación infantil, salud y saneamiento y educación.

Para el caso del primero, uno de los hallazgos de sus estudios es que la ingesta calórica mínima no necesariamente está relacionada con la pobreza. Sin duda, no comer lo suficiente impacta negativamente la posibilidad de desempeñarse adecuadamente en distintos ámbitos, pero que una familia aumente y mejore su alimentación no significa que aumente sus ingresos significativamente y le permita salir de la pobreza. Una mala alimentación en madres gestantes y en niños y niñas, afecta las capacidades futuras. Niños y niñas mal alimentados tendrán problemas de desarrollo físico y cognitivo que los pondrán en situación de desventaja en campos académicos y laborales, con las consecuencias negativas sobre sus posibles ingresos económicos.

Otro hallazgo importante confirma la relación entre salud, saneamiento y pobreza. Crecer en un ambiente sano, con condiciones adecuadas de higiene y saneamiento, con acceso a agua potable y un buen servicio de salud, permite salir más fácilmente de las trampas de la pobreza.

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La relación entre educación y pobreza se ve permeada no solo por contar con sistemas educativos de calidad, sino por poder acceder a estos en lugares remotos de los países. Lo cierto es que la educación genera un diferencial social y económico representado en que, a mayor nivel educativo, mayores probabilidades de inserción laboral y mejores sueldos. Las medidas para contener el contagio por Covid, afectaron directamente el sistema educativo colombiano, con repercusiones negativas para personas en edad escolar en casi todo el territorio del país, lo que conlleva una enorme pérdida de talento.

Ahora bien, para determinar la situación del departamento del Meta frente a los tres ámbitos descritos podemos utilizar la información de los indicadores de la tabla a continuación, que da cuenta de datos de necesidades básicas insatisfechas y del índice de pobreza multidimensional. Resaltado en amarillo los indicadores en peor situación.

La tabla cuenta con datos del año 2019, pero aunque todavía no se cuenta con información para el año 2020, y lo corrido del 2021, es presumible que los indicadores sean mucho peores que los presentados, que ya de por sí son alarmantes.

Recomendaciones ‘para no caer en la trampa’

En conclusión, si queremos hacer un mejor uso de las ayudas gubernamentales, representadas en transferencias monetarias a grupos poblacionales vulnerables, planteamos las siguientes recomendaciones a partir de la relación entre pobreza y salud, educación y alimentación infantil:

• Tener en cuenta la línea de la pobreza para el departamento y sobre esta modificar los montos de los giros, atendiendo el número promedio de integrantes en “el hogar metense”.
• Dirigir las ayudas y transferencias a familias pobres, con énfasis en la permanencia en el sistema escolar de los niños y niñas, acompañándolos con recompensas por logros académicos como mejorar los resultados de las pruebas Saber y SaberPro.
• Aumentar la cobertura y acceso a internet en zonas rurales del departamento, con programas de capacidades digitales para la población.
• Acompañar las ayudas con programas de alimentación de mujer gestante y primera infancia, que cubra necesidades alimenticias básicas.
• Complementar las ayudas brindando a los/as beneficiarios/as acceso prioritario a la oferta en mejoramiento de saneamiento básico urbano y rural.
• La gobernación puede hacer un ejercicio complementario de los programas del gobierno nacional, priorizando ayudas para aquellos municipios que están en una peor situación, como los 8 municipios PDET (Uribe, Vista Hermosa, Mesetas, Macarena, Puerto Rico, Puerto Lleras, Puerto Concordia y Mapiripán). Este ejercicio complementario debe acompañarse de la aceleración de la implementación de iniciativas PDET en estos municipios, para combinar una agenda de reducción de la pobreza, con provisión de bienes y servicios para la población más vulnerable.

Sin duda, esto requiere no solo del concierto de instituciones gubernamentales y estatales, sino también un esfuerzo decidido del sector empresarial, la academia y de sectores sociales comprometidos. Los que estamos en una situación de privilegio tenemos el imperativo moral de hacer todo lo necesario para ayudar a aquellos/as que han perdido su capacidad de agencia porque la pobreza y la falta de oportunidades económicas no le permiten el ejercicio de libertades fundamentales, tal como plantea Amartya Sen su concepto de desarrollo.

Cuanto más pobre es un país, mayor es la inestabilidad social. Una forma de prevenir estallidos sociales, es aumentar las posibilidades de desarrollo para toda la población.

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