Litigando Sensaciones

Por Camilo Gallo / Crítica

Litigante es una película de Franco Lolli que ha sido resaltada internacionalmente, entre 1.200 películas, fue escogida para la apertura de la semana de la crítica en Cannes siendo la tercera participación del director en tan distinguido festival.

En su visita por Villavicencio, Lolli realizó una proyección para los medios locales en donde Periódico del Meta pudo detallar de primera mano la apuesta del cine colombiano, una innovación que logra conmover a la audiencia y que espera proyectarse al público el próximo 21 de noviembre en las salas de cine del país.

La película está compuesta por una trama construida desde los diversos lenguajes multimedia, en donde cada aspecto esta pensado y tiene un propósito narrativo. ‘Litigante inicia en una sala de resonancia magnética en donde los sonidos transportan al espectador a esa inusual experiencia que muchos alguna vez vivimos, esa sensación de estar dentro de un aparato totalmente inmóvil escuchando extraños ruidos mientras eres escaneado. Una mujer mayor que ha sobrevivido al cáncer descubre que dentro de sí, los tumores han vuelto a aparecer.

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La mujer quien narra haber pasado por quimioterapias, no quiere someterse de nuevo al proceso y afirma estar lista para morir, su único consuelo es su nieto a quien desearía ver crecer. Sin embargo, la protagonista de esta historia es su hija ‘Silvia’ quien es una madre soltera que trabaja en el departamento de obras públicas de Bogotá, donde está sometida a constantes cuestionamientos y acosos debido a escándalos de corrupción con los que debe lidiar.

Es una historia que cuenta una versión de la cotidianidad y cuyas situaciones son reconocidas por cualquier persona en el mundo, por lo que el contexto logra transmitir una gran carga emocional cuando logra involucrarse en aspectos tan polémicos como la Eutanasia y tan reales como lo son la discusión entre madre e hija y el equilibrio de la serenidad de una hermana menor que con su papel segundario, pero igualmente importante, logra compensar la tensión constante a la que se ve expuesta la protagonista y permite al espectador descansar de las discusiones y el bullicio.

‘Silvia’ quien es interpretada por la escritora Carolina Sanín, es un personaje que refleja el panorama que vive una mujer, pues socialmente está obligada a afrontar diversos conflictos como son los problemas laborales en los que su jefe ejerce presión para que logre contener una crisis de corrupción causada por el, al tiempo que debe lidiar con su madre enferma que no quiere someterse a los cuidados que necesita, lo que la lleva a descuidar a su único hijo quien comienza a tener comportamientos explosivos por la incertidumbre de no saber quién es su padre y la ausencia de su madre, quien siente gusto por un periodista y está afrontando todo lo demás.

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En la ardua labor de transmitir y conectar con la audiencia, los sentimientos y emociones juegan un papel importante al momento de entretener. En este largometraje quizás lo más llamativo no es el tipo de situaciones que se viven, pues son reflejo de la realidad, por lo que el ¿Cómo? es lo que logra desarrollar el director con mucho tacto al lograr capturar la atención de sus espectadores narrando situaciones sin perder el hilo de la realidad, consecuencia de un guion bien construido y el uso de actores naturales (que no lo hacen de profesión) que logran la emotividad en su interpretación.

En ese sufriente camino de la protagonista cada escena no solo logra conectar la historia, si no también subjetivamente logra que quien la ve personifique sus emociones y deduzca lo que pudiere pensar y hacer en esa situación.

Entre los aspectos que pueden despistar a los asistentes y provocar una distracción o lo que en la comunicación se denomina ‘Ruido’ se encuentran pequeños detalles como el acento costeño de la madre que contrasta con el resto de los personajes en una trama familiar de la capital de la república. Otro aspecto que se evidencia es que el uso de el mismo espacio en repetidas ocasiones y aunque varían con los planos de las tomas, logra cansar la vista y por lo tanto los asistentes pueden distraerse o desconectarse por instantes del filme.

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Aunque llegando al final del largometraje la madre de la protagonista muere, recreando una difícil situación familiar, explica sutilmente como al perder a su mamá la protagonista mejora su conexión con su hijo y se convierte en madre, al igual que toma el coraje para tomar decisiones difíciles para organizar su vida. Sin embargo, el final no es muy diciente, no se sabe si es una conexión para una posible secuela o en ese basto cruce de emociones, la incertidumbre cierra.

Es agradable contar con directores que logren llevar una representación del cine colombiano a tan importante festival y además los visibiliza en el exterior. Colombia tiene mucho más que ofrecer que narconovelas y comedia, y nada como un análisis y percepción de la realidad para educar mediante un medio audiovisual, caracterizado en el periodo helenístico (etapa histórica dela antigüedad) como el séptimo arte.

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