La encrucijada con el pueblo Nukak

Aunque sus problemáticas son muchas, también se hace necesario definir la instancia de esta población indígena y su representación legítima en todos los espacios institucionales. 

Por Natalia Chipatecua

La comunidad indígena Nukak enfrenta múltiples realidades que impactan su cultura y forma de vida. En su condición de nómadas, residen especialmente en el Guaviare, pero las circunstancias sociales y del conflicto de este departamento han conllevando a la desaparición de su etnia. 

Claudia Martínez, coordinadora de la Agencia de Renovación del Territorio (ART), dice que “se han occidentalizado, mantienen en la cabecera municipal de San José del Guaviare con los niños, porque sociológicamente, para los pueblos indígenas, casi que en general, su prioridad no son los niños ni las mujeres, sino el hombre y después de eso viene el resto. Hay mucha mendicidad, un concepto que ellos no conocían. Aunque tienen sus trazos pintados en la cara y el cuerpo, su vestimenta no es la misma, no es la misma porque están en el pueblo, las condiciones del clima, de donde duermen y demás no son dignas”.

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Para los antropólogos que han estudiado sus costumbres, la manera en que cambiaron sus hábitos alimenticios impactan directa y negativamente en el bienestar de los mismos, pues los lleva a adquirir enfermedades y daños en su organismo. 

A través del Auto 004 del 2009, la Corte Constitucional propició la preparación de un plan que exigiera salvaguardar al pueblo Nukak, que contara con la participación de Instituciones como el Ministerio de Defensa Nacional, de Educación, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y Ministerio del Interior, y donde textualmente dice que: “Las autoridades competentes deben proveer a las personas desplazadas, así como asegurar el acceso seguro de las mismas, (a) alimentos esenciales y agua potable, (b) alojamiento y vivienda básicos, (c) vestidos apropiados, y (d) servicios médicos y sanitarios esenciales.”

Ante la pérdida de su cultura, es necesario que el Estado garantice la protección de la comunidad indígena Nukak, que prevalezcan sus derechos y se desarrollen estrategias que logren vincular sus modos de vida. 

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Desde los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), se ha abordado a esta comunidad en distintas reuniones, como una forma de buscar su participación dentro de estos programas, atendiendo y pactando compromisos en aras de una vinculación próspera para esta población que con el tiempo ha ido desapareciendo. 

En este sentido, se llevó a cabo la firma de un PDET con los Nukak, quienes establecieron y socializaron 87 iniciativas basadas en las condiciones actuales de los mismos.

A través del ‘Capítulo Nukak’, nombre designado para este pacto, los programas empezarán a generar planes de desarrollo para dar respuesta a las peticiones de esta población. 

Pacto Nukak

“Hicimos cuatro talleres con ellos por sectores dentro de todo el corredor Nukak. Estuvimos en El Capricho, Charras, Aguabonita y Puerto Flores, en un evento simultáneo. Tuvimos un ilustrador, un lingüista, traductores y participación de los 13 asentamientos del pueblo Nukak que existen. Fue un trabajo importante que desde la institucionalidad no se hacía hace mucho tiempo. Luego de eso, empezamos a consolidar estas iniciativas junto con ellos en la cabecera municipal del Guaviare y firmamos el PDET”, contó Claudia Martínez, Coordinadora de la Agencia de Renovación del Territorio (ART). 

Dentro de sus peticiones definidas en este espacio, los Nukak pidieron vivienda, agua y energía, sin embargo, priorizaron exigencias en educación, el sector productivo y la salud. 

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“Analizamos la manera en que podamos preparar jóvenes para que ellos mismos presenten esos servicios, contratar profesores escogidos por ellos mismos para que no se pierda su identidad cultural. En materia de salud, se han visto muy afectados por el tema de prostitución y de drogas, piden campañas de prevención contra drogas, y de formación a las mujeres del pueblo, nada diferente a las necesidades básicas de cualquier ser humano, pero sumándole la particularidad que tiene estos pueblos”, dijo Martínez. 

La coordinadora del PDET también sostuvo que “ahora estamos buscando el espacio (diciembre o enero), para definir la instancia de esta población que, aunque son seminómadas, tienen algunos asentamientos y quieren un poco de organización. Buscaremos con las demás entidades, con la cooperación de las universidades, desarrollar esas iniciativas que allí quedaron plasmadas”. 

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